Cupid || Min ho

IV

Mientras Q aconsejaba a Kitty sobre cómo colocar su pasador, yo me preparaba una segunda taza de café.

Aún no habían comenzado las clases y ya estaba estresada por todo esto, además, los mensajes que seguía dejándome Nate no ayudaban en lo absoluto.

De repente, Min Ho entró seguido de varios hombres que cargaban cajas, lo miré con confusión cuando comenzó a indicarles dónde poner cada cosa.

- ¿Que estás haciendo aquí? - cuestionó al percatarse de la presencia de Kitty.

- ¿Es una empresa de mudanzas? - pregunté con burla posicionándome junto a él, rodó los ojos y me miró.

- Kitty, ¿sigues aquí? - la voz de Dae anunció su llegada e hizo que el chico a mi lado dejara de mirarme.

- Si, aquí está - afirmó Min Ho y después sacó su celular - voy a llamar a la policía del campus y haré que las saquen a la fuerza.

Enfatizó el "las", dando a entender que quería que yo también me fuera.

- No llames a la policía del campus - dijo Dae arrebatándole el celular de las manos, reí al ver la cara de indignación de Min Ho.

- Dae, necesitamos hablar. Ahora.

Y con eso, Kitty y Dae se encerraron en la habitación dejándonos en la sala común.

Los minutos pasaban, y el silencio incómodo solo aumentaba, hasta que Q decidió llamar a la puerta. Me puse de pie junto a él con Min Ho a mis espaldas.

- Oye, tenemos que irnos ahora o llegaremos tarde - dijo antes de darse la vuelta y marcharse. Kitty me miro en busca de ayuda pero me limite a encogerme de hombros.

- Voy a dejar esto abierto - Min Ho señaló la puerta y fue detrás de Q, quien volvió a llamar a Dae. Antes de salir corriendo tras sus amigos, le prometió explicarle todo a Kitty.

- Vamos - ordene tomando la mano de Kitty para salir rápidamente del dormitorio.

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Las clases transcurrían con normalidad, a la hora del almuerzo ví a Kitty charlando con Q, realmente no le tomé importancia y vague por el campus con los audífonos puestos.

Solté un quejido cuando alguien me golpeó ligeramente el brazo y comencé a buscar con la mirada al culpable. Sonreí irónicamente al darme cuenta de quien se trataba.

- Tenías que ser tu - Min Ho me miraba con fastidio y una mueca de cansancio.

- ¿Yo? - pregunté indignada - tu fuiste el que me golpeó.

- Bueno, me lo debías.

Abrí la boca con incredulidad cuando se marchó sin decir más. No llevaba aquí ni una semana y ya no lo soportaba.

Seguí caminando y no presté atención del tiempo, el almuerzo había terminado hacía cinco minutos. Corrí lo más rápido que pude al salón y para mi sorpresa llegue a tiempo.

Tome asiento en una de las mesas del fondo y segundos después Kitty apareció en la puerta a la vez que el timbre sonaba. Sonreí con diversión cuando tomó asiento junto a Min Ho.

- Profesor Finnerty - la voz de Min Ho llamó la atención de todos - quiero un nuevo compañero de laboratorio. La acosadora de Portland está en clases de recuperación.

El profesor se negó y Min Ho lo miro con cara de pocos amigos.

Comencé a anotar lo que estaba en la pizarra, cuando Kitty empezó a tararear algo, haciendo que levantara la cabeza para ver a Min Ho intentando esconderse detrás de su mano.

La clase comenzó a reír y fue ahí cuando el profesor accedió a que cada quien eligiera a sus compañeros, me levante y comencé a recoger mis cosas con la intención de quedar en el mismo equipo que Kitty.

Una chica corrió hacia el lugar, ahora vacío, a un lado del molesto de Min Ho, sin embargo este la detuvo de golpe en el pequeño pasillo.

- Ese lugar ya está ocupado - se escusó sin siquiera mirar a la chica.

- ¿Por quien? - lo interrogó sin dejar de observar el lugar - Yo no veo a nadie.

Min Ho carraspeó y comenzó a buscar con la mirada, hasta que se detuvo en mí. Tomó mi brazo y lo jaló con brusquedad, dejándome sentada junto a él.

- Por ella, ¿No es así Kenzie? - me miró en busca de apoyo y sonreí con malicia.

- No, yo no.... - una patada en mi tobillo me interrumpió y ahogué un quejido - Quiero decir , si. Lo siento.

La pobre chica no tuvo más remedio que buscar asiento en otro equipo, y en cuando se fue le di un puñetazo a Min Ho en el brazo.

- ¿Que te sucede, loca? - se quejó sobándose también.

Lo fulminé con la mirada y no le dirigí la palabra lo que restaba de la clase, era muy tarde para elegir otro equipo, todos estaban llenos y el profesor había comenzado con la lección.

Su mirada estuvo clavada en mi perfil durante la mitad de la clase pero lo ignoré olímpicamente, el pareció aceptar que no haría caso y dirigió su atención a la clase.

Solté un suspiro casi imperceptible, no tendría más remedio que intentar trabajar con la bella durmiente y su actitud de mierda para no reprobar; debía mantener un buen promedio si quería conservar la beca y seguir estudiando ahí.

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