Me pasé toda la noche en la cama con Jack, y no follando ,por desgracia.
Él dormía, yo no; mi cabeza daba vueltas a como terminó la cabeza de Harrigton en mi litera.
Evidentemente, no lo iba a dejar así, había que investigar y a fondo. Me encaminé a salir de la habitación procurando que Jack no se despertara, primer objetivo conseguido; Salí de la habitación.
Pasé por el pasillo y vi como todos los energúmenos que tenía por compañeros estaban quedándose a dormir en el lugar de entrenamiento, supuse que las habitaciones estarían precintadas, mejor más intimidad.
Y allí estábamos, Harrigton, o mejor dicho lo que quedaba de él y yo.
Al cabo de unos minutos logré sacar la cabeza de la cuerda en la que estaba atada, tenía una cicatriz antigua pero abierta hace poco, ¿una pelea?, no, Harrigton no era de esos. No lo conocía tanto pero al fijarme en los pequeños detalles y tras leer algún informe sobre él, me podía hacer una idea. Era un corte limpio, como hecho por una guillotina, lástima que la pena de muerte no se efectúe como en esos tiempos.
A ver, era una puta cabeza, ¿Qué más podría sacar de aquí?
Joder, que estúpida, idiota e inexperta. Error de principiante gilipollas.
Si la cabeza estaba aquí el cuerpo no debería de estar muy lejos.
-¿Qué coño haces?- Jack entraba en la habitación, despeinado, sin gafas y alterado. Tocaba hacerse la victima de nuevo.
-Jack... yo... sólo busco una respuesta, a todo esto - No me salió del todo convincente así que me eche a llorar. Y si mientras tanto el cabezón de Harrigton seguía en mis manos.
-Joder- Típica palabra de Jack, estoy al 50% segura de que está dispuesto a ayudarme.
-Vamos a la cama muñeca, mañana todo habrá pasado- Me rodeó con brazo y me llevó de vuelta a la cama, donde lloré desconsoladamente; no me preguntéis como me salían las lágrimas, ni yo misma recuerdo cuando descubrí este magnífico truco.
Dormimos y la mañana siguiente fue un... ¿Horror? Sí, se supone que para una niñita que se alista en el ejercito, indefensa. Pues sí es un horror, para mí no. No es, ni mucho menos va a ser el último cadáver que veré.
Lo que le faltaba a la cabeza de Harrigton lo teníamos encima de la cama, por si no os a quedado claro, sí, era su cuerpo, que por supuesto estaba sin cabeza.
Grité, ¿Qué se supone que debía hacer? Evidentemente Jack se despertó de un salto, pero para mí sorpresa no me protegió.
-¿Me vas a decir de una puta vez quien cojones eres?- Gritó mientras me apuntaba con una pistola que no sé de donde coño la había sacado. Borré mi cara de corderito solo e indefenso en cuestión de segundos; Jack pasó de un gesto enfadado a uno de horror y asombro.