Bloody Truths .

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¿Acaso no pintaba bien el asunto?

Lo tenía todo en mi mano, estaba todo a una palabra, a un gesto...

Todo se paró, igual que cuando me pillaron con mi primera victima; Desde entonces no volví a confiar en ningún hombre, mi propio padre me había traicionado. Ese fue el motivo por el que me transformé en frialdad pura.

-¡HABLA COÑO!- Los gritos de Jack me sacaron de aquel escenario.

-Joder Jack, está más que claro- Solté relajándome, como si no me estuviese apuntando.

-Se me agota la paciencia bonita- Puso su sonrisa de lado y apretó aún más su pistola a mi entrecejo.

-La cagaste escogiendo a Harrington de mano derecha- Dije y me levanté de golpe, dejando la pistola por debajo de un rango mortal.

-¿Qué coño dices? - El temible Conway se relajaba ante mi corta explicación, guardó su pistola y pasó su mano por su entrecejo.

-Admítelo, te hice un favor- Dije mientras entraba al baño, mirándome en el espejo y efectivamente tenía la marca del cañón en mi frente.

-Quiero detalles señorita, ¿Sabes?, Me pone cachondo que mates por defenderme - Dijo mientras entraba al baño, tocándose la hebilla del pantalón.

Incluso yo pensé que no era el momento, aunque me encantaba recibir besos húmedos en todas las partes de mi cuerpo.

Pero sexo es sexo y tampoco tenía nada mejor que hacer.

Así que me quité el uniforme lentamente, empezando por la parte de arriba y con el torso desnudo me acerqué a retirar su pantalón.

Y pasó, me la metió en el mismísimo lavabo, aún me duelen las caderas de lo fuerte que me apretó.

-¿Entonces eres mi guardaespaldas?- Preguntó mientras subía la cremallera de sus pantalones.

-No te equivoques Jack, no soy nada para ti- Y me miró entristecido, perdió el brillo de sus ojos como si mis palabras le hubiesen herido o afectado más de lo que yo pensaba. Aquel hombre no era de hierro, ya se sabía su historia.

Esa faceta tardó apenas segundos en esfumarse, apartó su mirada de mis ojos y mirando al espejo se puso la camisa y posteriormente sus gafas, volvió a mirarme antes de salir del baño con una expresión firme pero con rasgos de pérdida.

-Sígueme- Dijo de la forma más terca y fría posible.

Ya tenía el uniforme puesto de nuevo, y mi recogido en su sitio. 

Le seguí.

Llegamos a una parte un poco apartada del resto de compañeros, aunque allí vi a algunos de ellos.

-Pasa- dijo mientras me abría la puerta.

Era una sala de reuniones, aquella tan famosa donde se pasaba horas sin salir. Allí había cinco hombre con rangos distintos y mismo uniforme de siempre.

-Bienvenida señorita- Dijo un hombre de pelo cano con bigote de los 80's.  Se veía amable aunque feroz cuando le tocaban los cojones de maneras no tan placenteras.

Simplemente moví la cabeza y sonreí intentando aparentar ser un angelito que no ha roto un plato.

-¿Y bien?- Dijo otro de los señores, este tenía más edad que el anterior y se teñía, aunque hacía el intento de que no se notase, sus patillas y restos de tinte detrás de las orejas lo delataban.

Jack, solo echó sus gafas hacia el puente de su nariz y le miró fijamente. Era una expresión burlesca la que presentaba esta vez, su sonrisa de lado estaba presente y sus cejas enmarcadas hacían de su frente un puente de arrugas.

Y todo se apagó, en un abrir y cerrar de ojos todo estaba negro.



Hasta la próxima... besitos.


Jack Conway x Lectora +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora