News.

64 3 0
                                    


-¿Qué cojones te pasa?- Grité intentado que se sintiese culpable por tratarme así, realmente estaba rezando para esto saliese bien y yo saliera impune de todo esto.

-No te hagas la santa T/N, hay algo que no me cuentas y quiero saberlo YA!- Hizo presión en mi frente, dándome a entender que no dudaría en disparar, por mucho que fuese lo único que se follaba en mucho tiempo, eso no le iba a importar.

En cuestión de segundos debería decidir entre:

- Seguir viva y contarle la verdad.

- Seguir viva y seguir con mi personaje débil.

- Follármelo.

Y aunque eso último era lo más apetecible opté por la segunda opción.

-¿Qué crees que te puedo ocultar?¿Me ves capaz de hacer esto?¿Enserio Jack?-estaba empezando a llorar.

 Sacó la pistola de mi campo de visión, a mi suerte, la volvió a enfundar.

-Te prometo que esto no volverá a pasar. Tenemos que encontrar al cabrón que ha hecho esto. De momento tú estas a salvo conmigo -

Y de nuevo, mi suerte me ayudaba y mi plan seguía adelante. Protección, los hombres solo buscan eso para sus mujeres, y que tengan un par de tetas y un buen culo. Si parecen humanas e indefensas es más fácil llevarlas a la cama. Si los tíos supiesen el animal que nosotras llevamos dentro estaríamos solteras, al menos, la gran mayoría; pero la sociedad no lo sabe.

El resto del día pasó sin más, me instalé en la habitación de Jack. Era como el principio de una peli porno antigua. El botones subía a dejar el desayuno con tal mala suerte que se encontraba a la señorita desnuda e indefensa, solo para él.

Jack aparecía en la habitación de vez en cuando, supuse que estaría investigando sobre las raíces de Harrignton, para empezar por algo. No es por fardar pero esto se me daba bien, no era una especialista en criminología, pero siempre había destacado en varias cosas en mi infancia e investigar era una de ellas, entre otras.

Matar se me daba de lujo, pero eso lo descubrí más tarde...

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando Jack apareció por la puerta con mi cena. Eran las 22:00, las horas aquí se me pasaban volando, no necesitaba salir así que estaba todo el día absorta en mis pensamientos. Mientras cenaba, Jack estaba leyendo expedientes en silencio, algo muy típico en él. Terminé la cena en cuestión de minutos y Jack llamó a uno de los nuevos ¨sirvientes¨ a su mandato. Mientras que Jack abría la puerta yo aproveché para echar un ojo a esos papeles.

Eran de la vida de Harrignton, se había pasado la mitad de su vida en esta mierda de sitio, pobre.

En la casilla de autopsia todo estaba en blanco y me resultó extraño, tenían su cabeza y su cuerpo. ¿Por qué no examinarlo?

Se cerró la puerta y yo de forma desesperada me quité la camisa que llevaba de Jack. Estaba dispuesta a ofrecer mi cuerpo a cambio de información no era la primera vez que lo hacía, además Jack era muy bueno en regalarme orgasmos.


Jack Conway x Lectora +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora