Mejores amigos

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Andrés y Vanessa llevaban ya mucho tiempo de ser mejores amigos, prácticamente toda su vida, ya que ella estaba a punto de cumplir los 24 y el por su parte tenia 23 y medio. Ellos habían sido amigos desde el 3er grado de primaria y ahora estaban ambos trabajando.

Ella era diseñadora gráfica, con el dinero de su papá había podido abrir su propia imprenta en la que brindaba sus servicios a diversas personas, ya fuera una empresa que necesitara un espectacular o si un equipo local necesitaba uniformes.

Andrés por su parte era FreeLancer de programación, aunque era mas que nada empleado por una desarrolladora de juegos independiente, aun así tenia bastante dinero para su vida, tenia una moto japonesa de 600 cc y tenía bastante ahorrado porque quería otra moto también japonesa pero de otra marca, creía que con la más rápida del mundo podría impresionar suficiente a Vanessa para que esta se fijara en él.

Habían quedado de verse en el centro de la ciudad, no era una megaciudad, pero en los últimos años había crecido mucho, así que Andrés tuvo que abrirse paso por entre la multitud, lo cual no era demasiado sencillo pues media 1.60 y pesaba muy poco, aunque llevaba una vida bastante ociosa no era de los que comían mucho. Al fin la divisó, junto a la fuente, el problema, era que junto a ella estaban dos chicos queriendo coquetear con ella, era inevitable después de todo, ella era una chica delgada, pero con grandes atributos, tanto atrás como adelante, usaba copa C y su larga cabellera negra enmarcaba y resaltaba su pálida piel y verdes ojos.

- Hola!! -dijo fuertemente Andrés al divisarla, a lo que Vanessa quito su aburrida vista de los chicos y se le iluminó el rostro, ella se acercó a el y lo abrazó, poniéndole los pechos en la cara pues ella media 1.70 y traía botas de tacón.

- ¿Tienes una amiga? -dijo uno de los chicos, obviamente el menos guapo, pues sabia que en esos casos siempre le tocaba la amiga fea -¿Qué carajo?

Vanessa se había dado vuelta al escuchar la pregunta, lo cual le había llamado mucho la atención, pero la expresión obviamente fue por haber visto algo que no esperaba este hombre, pues cuando quiso ver una chica chaparrita de largo pelo castaño se encontró un chico chaparrito de largo pelo castaño.

Los dos chicos se fueron y los dejaron en paz, fueron un rato a comer, y algún rato de compras pero Vanessa estaba algo distante, por alguna razón se le quedo mucho en la mente que hubieran confundido a su mejor amigo con una amiga, ¿realmente podría pasar por mujer?

Las compras, aunque Andrés no lo sabia hasta el momento se habían centrado en comprar ropa de mujer que no era para Vanessa, ella le hacia preguntas de cuales eran las prendas que a el llamaban la atención, lastimosamente para el, al notar que apartaba lo que el señalaba, señalo ropa muy sexy que, según el iba a estar posada sobre el hermoso cuerpo de la mujer que a el le gustaba.

Por último, siguió la sección de ropa interior, Andrés quería escoger un coordinado muy sexy con una tanga de hilo dental, pero ella mencionó que esa no se podría.

-Esa no va a quedar bien, escoge otra -le decía Vanessa mientras seguía observando otras prendas.

-Pero ¿por qué no? -preguntaba el extrañado y con algo de curiosidad -¿acaso te incomodan mucho esos?

-A mi no, en realidad tengo un par así -dijo Vanessa sin cuidado y al percatarse de la cara de confusión de Andrés agregó -no son para mí, son para la que creo que va a ser mi mejor amiga.

Eso había puesto a pensar a Andrés, pues, aunque ya había sido carga bolsas muchas veces, apenas se había dado cuenta de que toda la ropa atrevida que había estado escogiendo, no era de la talla que siempre usaba Vanessa. Eso le puso la cara algo colorada y escogió un coordinado más sobrio color negro.

Ya en el estacionamiento cargando las bolsas el se subió a su moto, ella lo imitó subiendo a su camioneta, y al pasar ella por un lado le gritó:

-¡¡MI FIESTA VA A SER EL SABADO, NO TE OLVIDES DE IR O YA SABES COMO ME PONGO DE CHILLONA!!

Lo de chillona era un chiste, si algo no era ella era alguien a quien pudieras hacer llorar, sin embargo, hacerla enfadar era algo que era relativamente sencillo, así que cuando decía eso él sabía que estaba siendo de alguna manera amenazado.

Subió a su motocicleta y se dispuso a ir hacia su casa, revolucionándola con ganas.

El día de su cumpleaños me le voy a declarar, ya lo he decidido. Dijo el para sus adentros, ya no aguantaba las ganas de declarar su amor a Vanessa y salir al fin de la zona de amigos, en la que por inseguro se había quedado por más de 6 años.

Friend-zone sissyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora