CAPITULO 10

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Luego de que Helena aceptara su propuesta de matrimonio, su mente se llenó de fantasías sobre su luna de miel. Voldemort, cautivado por la idea de tener a Helena solo para el, se permitió soñar por una vez en su vida.

En sus fantasías, Voldemort imaginaba una escapada a un lugar remoto y paradisíaco, lejos de la oscuridad y la opresión que había conocido durante gran parte de su vida. Visualizaba playas de arena blanca bañadas por las cálidas aguas turquesas, donde podrían pasear mientras el sol se ponía en el horizonte.

Voldemort también fantaseaba con momentos de intimidad y pasión desenfrenada. Se veía a sí mismo acariciando la suave piel de Helena mientras sus labios se unían en besos apasionados. Cada caricia, cada roce, sería una muestra de su deseo mutuo. En su imaginación, el mundo se desvanecía a su alrededor, dejando espacio solo para ellos dos. Fantaseo con ella tendida en la arena sin rastro de ropa y el penetrandola...

Estas fantasías despertaban en Voldemort un deseo ardiente de conectarse con Helena en todos los niveles posibles. Anhelaba descubrir cada rincón de su ser, física y emocionalmente, y crear un vínculo profundo y duradero. La luna de miel se convertía en el escenario perfecto para explorar y construir una base sólida para su relación.

Las fantasías de Voldemort sobre su luna de miel con Helena eran un reflejo de su deseo de encontrar felicidad y plenitud.

Helena, emocionada por las posibilidades de su relación con Tom, ya no deseaba llamarlo Voldemort, se encontraba sumergida en fantasías sobre su primera vez con un hombre. Su mente se llenaba de imágenes y anticipación.

En sus fantasías, Helena imaginaba un momento de conexión profunda.
Con cada pensamiento, Helena exploraba las emociones y las sensaciones que podría experimentar en ese momento tan especial. Se imaginaba a sí misma siendo cuidadosamente seducida por Tom, quien, con su experiencia y magnetismo, la guiaría en un viaje de placer.

En su fantasía, cada roce de sus manos sería un estremecimiento, cada caricia un fuego que encendería su deseo. Se veía a sí misma entregándose a los besos apasionados de Tom, dejando que su cuerpo y su mente se fusionaran en un encuentro de pura pasión. Cada caricia y cada movimiento serían una revelación, una exploración de su propia sensualidad.

Estas fantasías llenaban a Helena de emoción y una mezcla de curiosidad y nerviosismo.

Sin embargo, en medio de sus fantasías, Helena también era consciente de que la realidad podía ser diferente de sus fantasías y que el amor era un terreno desconocido para ambos. Las fantasías de Helena sobre su primera vez eran un reflejo de su deseo de explorar y compartir una conexión íntima con Tom. Estaban cargadas de romanticismo y anticipación, pero también de una mezcla de temor y expectativas. Ahora, enfrentando la realidad, Helena se preparaba para descubrir qué de sus fantasías se harían realidad y cómo su relación con Tom se desarrollaría en el ámbito íntimo.

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Cuando su séptimo año terminó y abandono Hogwarts para siempre, a menos que volviera como profesora, la siguiente etapa de su vida comenzo; y con ello su matrimonio.

Helena Potter y Thomas Gaun, conocido por los selectos como Lord Voldemort, habían llegado al momento culminante de su relación. Después de forjar una alianza estratégica y compartir sus ambiciones y visiones, decidieron llevar su compromiso al siguiente nivel mediante una ceremonia significativa.

En un lugar íntimo y oculto, lejos de las miradas indiscretas, Helena y Lord Voldemort prepararon el escenario para su unión. El lugar estaba iluminado por velas tenues que creaban una atmósfera mística y romántica. Antiguos símbolos mágicos decoraban las paredes, otorgando un aire de solemnidad y poder.

Vistiendo atuendos elegantes pero sobrios, Helena y Lord Voldemort se pararon frente a un altar improvisado, adornado con flores silvestres y velos de encaje. A su alrededor, el ambiente parecía vibrar con una energía intensa y especial, como si el universo mismo estuviera atento a su unión.

Con las manos entrelazadas y las miradas fijas una en la otra, Helena y Lord Voldemort intercambiaron votos y promesas de lealtad eterna frente al auspiciante del ministerio, el padrino de bodas; Lucius, las damas de honor Luna y Daphne y una pequeña cantidad de políticos y 'amigos' Cada palabra pronunciada era cargada de significado y emoción, sellando su compromiso en los confines del tiempo y el espacio.

El ritual continuó con la entrega de los anillos, símbolos sagrados de su unión. Tom deslizó un anillo oscuro y elegante en el dedo de Helena, representando su pacto y lealtad hacia ella. A su vez, Helena colocó un anillo adornado con una piedra preciosa en el dedo de Tom, simbolizando su apoyo incondicional.

A medida que el ritual avanzaba, la complicidad entre Helena y Lord Gaunt se hicieron evidentes.

Finalmente, la ceremonia concluyó con un beso apasionado y lleno de significado. En ese momento, Helena y Tom se convirtieron en una entidad unificada, dos almas entrelazadas en una búsqueda común de poder y dominación. Su unión simbolizaba la fusión de dos fuerzas poderosas, dispuestas a desafiar el status quo y redefinir el destino del mundo mágico.

Con la ceremonia concluida, Helena Potter y Lord Voldemort se adentraron en el futuro juntos, comprometidos a llevar su alianza estratégica a nuevas alturas. Unidos por el amor y la ambición, estaban listos para enfrentar cualquier obstáculo y cumplir con sus ambiciosos planes de transformar el mundo mágico a su imagen y semejanza.

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La boda de Helena Potter, su ahijada, con Thomas Gaunt, alias Lord Voldemort, provocaría reacciones encontradas en Sirius Black y Remus Lupin, dos figuras cercanas a la familia Potter y con una conexión especial con Helena.

Sirius Black, siendo el padrino de Helena, sentiría una mezcla de emociones intensas al enterarse de su boda con Lord Voldemort. En un primer momento, la noticia lo dejaría atónito y preocupado por el bienestar y la seguridad de su ahijada. Como alguien que ha luchado contra la oscuridad durante gran parte de su vida, Sirius vería a Voldemort como el epítome del mal y temería por el destino de Helena al casarse con él.

Sin embargo, también se podría despertar en Sirius un sentido de esperanza. Al conocer a Helena a lo largo de los años, Sirius ha sido testigo de su fuerza, valentía y capacidad para desafiar las convenciones. Podría creer que ella tiene un plan o una estrategia oculta que le permitirá influir en Lord Voldemort y tal vez incluso cambiarlo de alguna manera.

Por otro lado, Remus Lupin, otro cercano amigo de los padres de Helena, tendría una reacción más reservada y cautelosa. Como licántropo y defensor de la justicia, Lupin también vería a Lord Voldemort como una figura peligrosa y destructiva. Su principal preocupación sería el bienestar de Helena y cómo esta relación afectaría su vida y su futuro.

Remus Lupin podría sentirse angustiado y triste por el hecho de que Helena esté involucrada con alguien tan oscuro y temido. Podría preocuparse de que ella esté tomando decisiones basadas en el deseo de poder en lugar de buscar el bien común. Sin embargo, también podría comprender que Helena es una mujer fuerte e independiente, capaz de tomar sus propias decisiones, y respetaría su libertad de elección, aunque no esté de acuerdo con ella.

En resumen, tanto Sirius Black como Remus Lupin tendrían reacciones encontradas ante la noticia de la boda de Helena con Lord Voldemort. Aunque sus preocupaciones y perspectivas pueden diferir, su amor y apoyo hacia su ahijada prevalecerían, y estarían dispuestos a acompañarla en este nuevo capítulo de su vida, tratando de brindarle el apoyo y la protección que consideren necesarios.

CARTAS AL ENEMIGO: El Oscurecimiento de tu alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora