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Voldemort experimenta un intenso y oscuro placer al ver cómo sus ambiciones se han convertido en realidad. Cada paso que da hacia el dominio absoluto del mundo mágico es una fuente de satisfacción indescriptible para él. La sensación de poder y control sobre la comunidad mágica le brinda una gratificación casi inigualable, reafirmando su creencia en su superioridad y su derecho a gobernar.

El éxito de sus planes y la sumisión de aquellos que se oponían a él alimentan su ego y su sed de poder. Cada victoria, cada logro alcanzado, es un recordatorio de su genialidad estratégica, la de su esposa consiguiendo tal objeto maravilloso, y su habilidad para manipular y controlar a los demás. La sensación de ver a los magos y brujas rendirse a sus pies, obedeciendo sin cuestionar sus órdenes, le produce un deleite perverso.

Además, la satisfacción que siente Voldemort proviene de la percepción de haber superado su pasado y haberse convertido en la encarnación misma del poder. Cada objetivo cumplido representa una conquista personal sobre aquellos que lo subestimaron y lo despreciaron en su juventud. Ver a su alrededor el resultado de su visión del mundo y cómo sus ideales se imponen, lo llena de un gozo malicioso.

Aunque Voldemort es conocido por su falta de amor y empatía hacia los demás, hay una excepción en su vida: su esposa, Helena. Ella ocupa un lugar especial en su corazón oscuro y retorcido. A diferencia de los demás, Voldemort no necesita recurrir a ningún hechizo o encantamiento para asegurarse de su lealtad y amor hacia él.

Helena es la única persona en el mundo que comprende y comparte plenamente su visión y sus ambiciones. Ella es su igual en cuanto a determinación, astucia y sed de poder. Voldemort admira y valora su inteligencia y la forma en que ella contribuye a sus planes. La ve como una aliada indispensable en su búsqueda de dominio total.

Voldemort encuentra en Helena una compañera incondicional, alguien en quien puede confiar plenamente sin temor a ser traicionado. Aprecia su capacidad para entender sus pensamientos y deseos sin que él tenga que expresarlos abiertamente.

El placer que Voldemort experimenta al ver sus sueños convertidos en realidad se intensifica aún más al tener a Helena a su lado. A pesar de su naturaleza retorcida, Voldemort encuentra un tipo de felicidad única en el hecho de que Helena lo ama genuinamente, sin necesidad de hechizos ni manipulaciones. Su relación es un respiro en medio de su camino hacia la conquista y el poder absoluto.

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Los sentimientos de Helena hacia Voldemort son tan complejos como lo de el.

Helena se siente atraída por la poderosa presencia y el carisma magnético de Voldemort. La intensidad de su personalidad y su ambición despiertan una fascinación en ella que no puede resistir. Es atraída por su determinación implacable y su capacidad para alcanzar cualquier meta que se proponga.

A medida que Helena se sumerge más en el mundo oscuro de Voldemort, comienza a desarrollar un profundo respeto por su astucia y su mente estratégica. Ve en él a un líder indomable, y se enorgullece de ser su compañera.

Tom se convirtio en su primer amor, el hombre que ha conquistado su corazón de una manera única y poderosa. Es su primer beso, su primera vez, el primero en despertar en ella emociones tan intensas y profundas. A pesar de la oscuridad que los rodea, Helena ve en Tom la encarnación de todas sus esperanzas y sueños.

La relación entre Helena y Tom se basa en una conexión inquebrantable, una lealtad mutua, complicidad y afecto.

Helena encuentra en Tom su refugio y su seguridad. En su presencia, se siente protegida y amada, sabiendo que la valorará y la protegerá en todo momento. Su amor por él le da fuerzas.

CARTAS AL ENEMIGO: El Oscurecimiento de tu alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora