Tay - Golden Kings #1

VEINTIUNO

El hotel era impresionante, y la vista del océano desde la suite del ático de New era impresionante. No era la primera vez que Tay estaba rodeado de tanto lujo. Trató con ejecutivos de alto perfil, celebridades de la lista A, músicos galardonados y directores ejecutivos de compañías multimillonarias todo el tiempo, pero la cantidad de riqueza nunca lo hizo progresar. Una vez una actriz le preguntó si alguna vez envidiaba a sus clientes, y respondió honestamente. En su línea de trabajo, había aprendido que tener la cantidad de riqueza que la mayoría de sus clientes había significado vivir con un objetivo pintado en la espalda. A pesar de toda la riqueza de la libertad, también los hizo prisioneros. Tay no podía imaginar tener que vivir su vida constantemente escoltado por la seguridad armada, teniendo que mirar por encima de su hombro dondequiera que fuera, temiendo por su seguridad o la de su familia. No, no los envidiaba. Tenía una familia que lo amaba, una compañía exitosa que había ayudado a construir y una carrera de la que estaba orgulloso. ¿Qué más podría necesitar?

—Por allí, por favor. —Tay sonrió ante el sonido de la voz de New. Vale, quizás necesitaba otra cosa. La ironía no se le escapó. Puede que New no fuera tan destacado como algunos de sus clientes anteriores, pero había llegado a significar mucho para Tay, lo que significaba que su seguridad siempre estaría al frente de los pensamientos de Tay. El botones le dio las gracias a New, y pronto fueron sólo ellos. En la suite dormían cuatro, pero New era una persona reservada. No compartía su habitación con nadie, ni amigos ni familiares. Insistió en compartir con Tay. Ninguno de los Golden Kings lo cuestionó ya que no sería la primera vez que uno de ellos se quedaba con un cliente en un ático. De lo contrario, tendrían que estar en un piso diferente, ya que algunas suites de ático ocupaban un piso entero de un hotel, o estarían demasiado lejos para su gusto. Esta habitación tenía una cama matrimonial extraíble, en la que había asumido que estaría durmiendo si New no hubiera hecho que el botones dejara todas las bolsas en la habitación, alegando que lo arreglaría más tarde.

Todo estaba planeado para la fiesta de mañana. La cena sería en el gran salón, seguida de cócteles en las cabañas, y una noche de entretenimiento alrededor de la piscina, cuyo centro albergaba un escenario coloridamente iluminado donde un grupo de cabaret con clase estaba reservado para actuar para los muchos invitados. Su prioridad no era la fiesta. Era New. Fuertes brazos lo envolvieron por detrás, y Tay sonrió, poniendo su mano sobre la de New—. Hermoso, —dijo New, y Tay asintió.

—Sí, es otra cosa.

—Me refería a ti.

Tay se volvió hacia él y le arqueó una ceja.

—Así es, ¿eh? ¿Intenta seducirme, Sr. Thitipoom?

—Tal vez. —New deslizó sus manos por el pecho de Tay, luego hacia los costados, y sus dedos apretaron a Tay—. He oído que estas paredes son bastante gruesas.

—Eso no es lo único que hay de grueso por aquí, —gruñó Tay, golpeando sus caderas hacia delante.

New se rió, sus hermosos ojos se llenaron de diversión.

—Oh, Dios mío. No acabas de decir eso.

—¿Qué? Es verdad. —Tay llevó la mano de New a la ingle y la dura erección forzó sus pantalones. El hombre ni siquiera había hecho nada, y Tay ya estaba sufriendo por él.

New gimió y masajeó a Tay a través de sus pantalones.

—¿Qué se necesita para sentir esta polla monstruosa dentro de mi agujero apretado?

—¿Estás bromeando? Estoy pensando seriamente en invertir en algo de ropa de desgarramiento. Así puedo sacar a Magic Mike de mis pantalones. Cómo le gustaba el sonido de la risa de New.