Daño colateral.

II

Klaus debería sentirse emocionado. Y en cierta forma lo estaba al saberse correspondido, pero le preocupaba que algo saliera mal.

-Bien, aquí vamos- arguyó, tomando la mano de Cinco-. Vamos a las incubadoras. Yo distraeré a la enfermera

Media sonrisa autosuficiente se dibujó en los labios de Cinco.

-Solo asegúrate de que nadie te vea cuando nos vayamos. Cogeré al bebé y me encontraré contigo afuera.

Cinco siguió su camino hacia el interior del hospital, yendo hacia la guardería. Mientras avanzaba, trató de pensar en un plan con diversas bifurcaciones que le permitieran hacer posible el secuestro con la menor cantidad de problemas. La idea era que no los atraparan.

-Buen día, señoritas- saludó Klaus al acercarse al mostrador, donde dos enfermeras yacían con los registros de los pacientes-. Me preguntaba si podrían ayudarme a encontrar a alguien- se plantó en medio pasillo para bloquearles la vista del vitral de las incubadoras-. Digamos que busco a un anciano en fase terminal...

Se le daba pésimo decir mentiras, solo esperaba que Cinco saliera rápido con el bebé.

Las dos enfermeras le miraron confundidas, pero asintieron.

-¿Estás buscando a alguien específico?-
preguntó una de ellas, desconcertada. La  otra revisó algunos de los papeles mientras la primera le hacía preguntas.

Parecían escépticas, pero Klaus no estaba tratando de convencerlas. Tan solo quería hacer algo de tiempo.

Por dentro estaba nervioso de que lo descubrieran. Intentó no mirar atrás y balanceó su peso de uno a otro pie mientras observaba a las enfermeras.

-Si, este paciente es...uh, ¡mi padre!- dijo sin pensar, golpeando la palma con su puño. Hasta entonces se dio cuenta de que estaba sonriendo por habersele ocurrido semejante patraña. Negó rápido con la cabeza y fingió tristeza en su lugar-. Se llama Reginald y lo transfirieron aquí hace tres días. Debe estar en terapia intensiva.

Las dos enfermeras se miraron entre sí, sus rostros se contrajeron con lástima.

-¡Oh querido! Esto es horrible- exclamó la primera.

-Pobrecito... siento mucho oír eso-
apoyó la segunda, poniendo una mano sobre la Klaus antes de mirar a la otra enfermera y luego de nuevo a él.

-Debe estar en esa unidad, supongo-
dijo la primera enfermera, señalando hacia un conjunto de puertas etiquetadas como "Cuidados críticos" que conducían a la UCI-. Realmente espero que su condición mejore.

Los labios de Klaus se entreabieron en asombro.

¡Había funcionado!

No era tan mal actor después de todo.

-Muchas gracias- hizo una reverencia y se acercó a una de las puertas- Pero pimero iré al baño- se retractó de entrar y retrocedió paso a paso antes de echar a correr fuera del edificio por la puerta trasera para buscar a número Cinco.

"Ojalá lo haya logrado"

Cinco estaba esperando afuera, con la sombra de una sonrisa divertida en su rostro y el bebé en brazos.

-Realmente las engañaste...¡Bien!- lo felicitó-. Bueno, vamos, ¡vamos!- lo apuró, comenzando a caminar. Estaba demasiado emocionado al pensar en que su plan se concretaría. Ya le mostraría a ese viejo.

Tal vez esto realmente iba a ser fácil después de todo.

La expresión de Klaus mudó al alivio absoluto al ver a Cinco en el callejón, andando fuera de la lente de las cámaras.