I'm not yours. •||MYG||•

06

Lunes en la tarde, MiJoon se encontraba recargada en su escritorio con sus manos sobando su cabeza.

—Le juro que estaba completo.

—Lee ve a buscar la carpeta y no te quiero aquí hasta que lo encuentres.

Así fue como su asistente corrió en busca de eso. Ese días no está funcionando de la mejor manera, pues se acercaba el cambio de temporada y ella no tenía ni la mitad de lo que se pedía.

Tomo las hojas dónde se encontraban dibujados los conjuntos y estrenos de esta temporada, los analizo mientras que con su pluma escribía destacando o sugiriendo cambios.

Ella era la encargada de aceptar o rechazar las propuestas.

Su trabajo era estresante al punto de hacerla llorar y volverla loca.

Las horas corrían y temiendo a que llegara la hora de finalizar su trabajo, salió rápido de su oficina buscando por todos lados a la chica que con anterioridad se había disculpado.

Unos minutos después la encontró platicando con otro empleado. La chica reía y se acomodaba el cabello como si la carpeta que le había pedido no fuera de suma importancia.

—Para mañana a primera hora quiero tu carta de renuncia en mi escritorio.

Siguió su camino siendo seguida por ella quien de forma insistente le pedía que no la despidiera, que solo había sido un momento y que él la estaba ayudando a buscarla.

Más después de que ambas se internaran en la bodega donde siempre se dejaba cualquier cosa de suma importancia y MiJoon buscará sobre algunos cajones o debajo de otras carpetas,está hizo presencia.

—Si realmente hubieran venido a buscar esta cosa...en segundos la tendrían que encontrar pero a la señorita se le hace más entretenido platicar y coquetear con otro empleado dejando de lado el hecho de que todos necesitamos trabajar de forma apresurada por tu ineficiencia y que aparte nos obligues atrasarnos por tu nula capacidad a la hora de trabajar, no creo que sea lo que realmente buscamos, así que ...te repito mañana a primera hora quiero tu carta de renuncia en mi oficina y no es necesario que te quedes, puedes ir recogiendo tus cosas.

Y se fue dejando a la chica atrás, mientras se dirigía a su oficina fue revisando las hojas, para cuando llegó dejo la carpeta en el escritorio, sentándose después y tomando una hoja, mientras que con su mano libre tomo el teléfono y marco a la chica encargada de contratar.

—Suzy, amiga necesito que pongas un anuncio.

—¿A quien despediste está vez?

—A Lee SunHee.

—¿Tu asistente?

—Si...la encontré platicando en hora laboral y las cosas aquí están demasiado atrasadas.

—Bien...¿Quieres que agregué algo al anuncio?

—No...pero te pediré que cuando tengas por lo menos a tres, los mandes directamente conmigo,no quiero que se vuelva a repetir este asunto.

—De acuerdo...no te quedes hasta muy tarde, no queremos verte internada de vuelta ¿O si?

—Solo fue una vez...

—Y esa vez basto. Bien te dejo trabajar, por cierto come algo.

Le respondió con un sonido grutal para después colgar y centrarse en su trabajo. En esa ocasión está sola pues su compañero había tenido que irse con urgencia pues su esposa se encontraba ya en labor de parto.

Alexia no le quedó de otra más que aceptar toda la carga de trabajo que él había dejado.

La noche llegó, y de manera rápida lo hizo la madrugada, la única oficina con luz era la suya. No era la primera ni la última vez que se quedaba hasta el día siguiente.

Las seis de mañana llegaron y ella por fin tenía los diseños elegidos, corregidos y los posibles lanzamientos en pasarela.

Dejo su cuerpo recargado en la silla, cerró sus ojos y dejo que el sueño la venciera.

Más su descanso no fue el más largo pues la alarma en su teléfono hizo que regresará de su mundo de sueños. Tomo sus cosas y las metió en su mochila tomando la con su mano, se dispuso a salir de su oficina e irse a casa.

Desde ese día habían pasado dos semanas, para ella era realmente extraño como habían sucedido las cosas, aún que seguía recordando ese momento, y no podía olvidar su tatuaje y la tonalidad de su piel, se obligaba a dejar pasar todos esos sentimientos, no por qué se hubiera enamorado si no que comparaba mucho el como KwanSeung la trataba y como él chico pálido fue.

Uno realmente se notaba que buscaba su propia satisfacción y el otro como buscaba complacer la.

—Buenos días señorita ¿Tuvo una larga noche?—Alexia saludo al guardia después de bajar del elevador.

—En realidad pasó muy rápido...puedes decirle a el jóven Jung que en mi oficina estan ya listas las carpetas.

—Claro. Vaya con cuidado a casa.

Por ese día ella ya había concluido su trabajo y ya salía directo a su casa por lo menos para cambiarse y comer algo antes de volver y acompañar a sus compañeros de trabajo a la implementación de los conjuntos.

Ya afuera los colores oscuros se iban lentamente dejando ver el amanecer.

Tomo su mochila que en todo momento estuvo en su mano y se la colocó bien y emprendió un viaje a pie hasta su casa.