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Ya era el día de su partida a La Tierra y estaba más que preparado. Llevaba una maleta con todo lo necesario, snacks lunares, ropa que el consideraba que encajaba bien con la gente de La Tierra, su proyector de holograma y su almoada favorita para dormir.
—Cuidate mucho hijo —dijo su madre acariciando su cabeza mientras le acomodaba algunos cabellos rebeldes.
—No te preocupes madre. Lo tengo bajo control. —Le dedica la más sincera de las sonrisas a su progenitora para tranquilizarla un poco.
Felix subió a la nave que estaba frente a él. Era pequeña y de tonos grises y azulados. Tenía pequeños destellos que la hacían parecer mágica. Era la primera vez que utilizaría una de esas y su madre solo le explico lo básico para que pudiera usarla, aunque la mesa de control tenía demasiados botones, pero ya se las arreglaría más tarde, ahora solo necesitaba presionar el botón de ensendido y poner en marcha su viaje.
Le pareció divertida la idea de comenzar a escribir un diario para plasmar su aventura a la Tierra. Saco un cuaderno color azul con los mismo destellos que tenía la nave, al parecer era una cosa lunar que Felix aun no entendía de donde provenía, pero le gustaba. Tomo un bolígrafo lunar y empezó a escribir el inicio de su viaje.
"1 de junio de 2023.
Viaje a la Tierra día 1.
Acabo de despegar y he dejado la luna, después de 18 años, por fin podre conocer un lugar nuevo, gente nueva, comida nueva y miles de cosas más.
La verdad estoy un poco asustado, pero sé que será una experiencia divertida. He visto que los humanos de la tierra suelen estar siempre acompañados, no sé por qué lo hacen, tal vez les da miedo estar solos...
Como yo."
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