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Ahora los seis chicos iban dentro del carro del más pequeño, dejando el asiento de copiloto disponible para el nuevo integrante, mientras los demás volvían a sus lugares amontonados en la parte de atrás

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Ahora los seis chicos iban dentro del carro del más pequeño, dejando el asiento de copiloto disponible para el nuevo integrante, mientras los demás volvían a sus lugares amontonados en la parte de atrás. Las risas y las bromas no se hicieron esperar y Felix no podía sentirse más feliz, en la luna todo era tan silencionso y tranquilo que llegaba a ser aburrido, sobre todo para un chico de su edad que necesitaba experimentar cosas nuevas y cuando creía que no podría ser mejor, Chan hizo algunos clicks en la pantalla del auto y el sonido comenzó a salir por todos lados, era muy fuerte pero agradable, todos comenzaron a cantar en sintonia con aquel ruido que después descubrió que se le llama Música. Ahora definitivamente sería una des sus cosas favoritas.

Llegaron al edificio Yang y todos salieron disparados del auto entrando directo a su lugar especial. Iban tan seguido que la recepcionista no se molestaba en preguntar sobre su preservación, identificación o siquiera sus nombres. Ellos solo entraban como si fuera su propia casa, incluyendo a Jeongin, quien no vivía específicamente ahí, ya que su familia tenía su propia casa privada, pero Jeongin siempre prefería ir a pasar el tiempo en aquel edificio de su padre. ¿La razón? Simple, Seo Changbin.

—Chicos, pueden adelantarse, yo pediré las golosinas. —Indico el más joven.

—Bien, te esperamos en nuestro lugar de siempre. Felix, sígueme y trata de no separarte demasiado. —dijo Hyunjin tratando de tener más cerca al chico nuevo. Se veía tan perdido que el castaño creyó que tal vez se había escapado de su casa o algo por el estilo. Le daba curiosidad pero no quería bombardear al pobre chico con sus preguntas, esperaría a que él mismo se abriera con él en el momento indicado.

Felix estaba pegado a Hyunjin como sanguijuela, lo sostenía del abrigo y no lo soltaba como si de eso dependiera su vida. Había mucha gente dentro del edificio, al parecer era muy famoso en la Tierra, pues personas de todas las edades estaban por todo el lugar divirtiéndose con sus amigos e incluso familia. El edificio Yang no era tan simple como se escucha, era uno de los edificios más grandes de Seúl, contaba con sala de juegos, alberca, habitaciones equipadas o más censillas, salas para relajarse como el salón de yoga o el salón de masajes, también había salas de cine y un hermosos jardín que en ocasiones usaban para organizar fiestas o eventos especiales.

Dos niños pasaron corriendo al lado de Hyunjin y Felix, éstos siendo perseguidos por unos chicos casi de su edad que a la vez eran perseguidos por dos adultos. <<¿Eso era lo que llamaban familia?>> Estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de cuando se separó de Hyunjin. Lo buscó con la mirada por todo el lugar, pero había tanta gente que no podía distinguir al pelinegro por ningún lado.

—¿Hyunjin? —trató de hablar más fuerte para llamarlo pero la voz no le salía. Dio pequeños pasos hacia atrás por no saber a donde dirigirse hasta que choco con el fuerte pecho de alguien. Dio un pequeño brinco por el susto y volteo rápido para disculparse. El chico con quien había chocado era bastante apuesto al igual que los demás, tenía el cabello castaño rojizo y ojos grandes, labios gruesos y un cuerpo bastante trabajado.

—Tranquilo, no pasa nada. Te ves algo perdido ¿estás bien?

—Ammm... estoy buscando a mis amigos.

—¿Minho? ¿Felix? —ambos chicos voltearon al escuchar sus nombres y se encontraron con Jisung sosteniendo un café americano.

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Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora