Hijo de la luna

23

—Felix, ¿buscas algo? —Su amigo de mejillas de ardilla lo encontró preocupado rebuscando en su mochila mientras los demás jugaban videojugos.

—Sí, mi cuaderno, no... No está en mi mochila.

—¿Seguro que ya buscaste bien? Dejame ayudarte —quiso tomar la mochila del rubio pero éste se la arrebato tratando de ocultarla, causando un leve rasguño en la mano de su amigo.

—Perdón Ji... No quería...

—¿Estás bien? —La pregunta de Minho interrumpió la justificación de Felix. Se había acercado tan rápido a Jisung que lo hizo sentir intimidado, como si hubiera cometido un error más grave del que imaginaba.

—Sí, estoy bien... —sus amigos dejaron de jugar para prestar atención a la situación —lo siento Felix, no quería molestarte.

—¿Felix? —Hyunjin llego al lado del de pecas, moviendo una mano frente a este para que reaccionara —¿Qué pasa?

Felix sentía la mirada de todos sobre él, sus pensamientos iban a de un lado a otro <<ellos no lo entenderían>> si Jisung veía su mochila infinita ¿Qué pensarían de él?, aun no estaba listo para revelarles la verdad y ese cuaderno era sumamente personal. Su secreto... Todo estaba plasmado en ese cuaderno. Tenía que encontrarlo.

El pecoso de nuevo se sintió solo e incomprendido, todo su rostro tomo un ligero color rojo, sus cejas se juntaron arrugando su entrecejo y su pequeña nariz. Era otro nuevo sentimiento que no comprendía, pero este no le gustaba, le nublaba la mente y lo hacía actuar por impulso.

Felix salió del edificio Yang con su mochila tan rápido como pudo, no se molesto en mirar atrás, sabía que los demás estarían mejor sin él. Se sentía tonto por pensar que podría vivir como una persona normal. El no era normal y la fría realidad lo golpeó de la manera que menos le hubiera gustado.

El día anterior sentía que su vida no podría ser mejor, se sentía más cerca de Hyunjin que nunca y su corazón se sentía en calma con solo ver su rostro. Las cosas cambiaron muy repentinamente, ayer tenia su cuaderno consigo antes de... Pasar todo la tarde con Hyunjin... Solos.

Felix se obligaba a pensar que Hyunjin no sería capas de hacer algo así. Pero... ¿Qué otra explicación habría?

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—¿Y bien... Qué le parece? —Preguntó con orgullo el joven.

—Interesante. —El señor lee leía con cuidado lo que había escrito en el cuaderno que le entrego su asistente. —Me pregunto como lo conseguiste. —Le dirigió una rápida mirada para volver a centrarse en el objeto que tenía sobre sus manos.

—Tengo mis métodos.

Yeonjun había aprovechado el momento de fragilidad de Felix para acercarse a él sin levantar sospechas, mientras tomaba con descaro el cuaderno del rubio. Fue bastante ágil y por suerte, aquellos chiquilloz estaban tan enfrascados en su burbuja de amor que ni siquiera le pusieron atención a su presencia.

Su gran hazaña le permitiría conseguir un aumento en su sueldo para poder pagar el tratamiento de su hermano Soobin, necesitaba pagar sus quimioterapias con urgencia o el cáncer le arrebatará a la única persona que le quedaba.

—Llama a mi equipo de seguridad —ordenó el señor Lee a su joven secretario —iremos por mi hijo.

—Como ordene señor. —Yeonjun hizo una reverencia antes de salir de la oficina de aquel hombre y empezó a hacer su trabajo. En diez minutos ya tenía a todo un equipo de hombres entrenados y armados para seguir las ordenes de su jefe, el señor Lee.