Capítulo cuatro: "Explorando"

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Harry se quedó acostado en su cama llorando. Anne, que vio a Louis salir corriendo, esperó unos minutos y luego subió hasta su habitación-

-Harry, amor. ¿Todo está bien?. –Le preguntó con un tono dulce

-No mamá, nada está bien.- Él ni siquiera se movió, solo contestó sollozando

-¿Quieres hablar de ello cariño?

A Harry no le molestaba hablar con su mamá, al contrario, siempre le daba un punto de vista que él no había tenido en cuenta.

-Le sugerí  a Louis que me gustaba y estaba sintiendo cosas por él y salió corriendo.

Anne se acercó a su cama y se sentó junto a él.

-¿Es malo ser gay mamá? –Preguntó Harry con lágrimas en sus ojos.

-Harry, mi vida, tu sabes la respuesta, sabes que no, que no tiene nada de malo ser gay. Solo que a veces, algunas personas no están preparadas para aceptarlo. La reacción de Louis, solo indica eso, que no estaba listo para escuchar cómo te sentías hacia él, nada más.

-Me debe estar odiando en este momento.

-No mi amor, debe estar pensando cómo manejarlo. Dale algo de tiempo. Solo te pido que comprendas que puede que el sentimiento no sea recíproco.

-Si, comprendo. El tiene novia, claro que no es recíproco. De todos modos, me gustaría ser su amigo. ¿Y si lo que siento es solo eso, mama? Tal vez ni siquiera soy gay, solo me sentí así con él porque me hizo compañía y me cuidó, y nos divertimos mucho...

-¿Deseaste besarlo amor?

Harry la miró apenado, era la primera vez que hablaba con su mamá de estas cosas, en realidad era la primera vez que sentía esto por alguien

-Si, todo el tiempo. –Y bajó la vista.

-No te avergüences mi vida, es hermoso sentir eso por alguien, y es la primera vez que te pasa! –Anne le tomó la barbilla y lo obligó a mirarla. –Estoy muy orgullosa de ti, y más allá de cuales sean los sentimientos de Louis, has sido muy valiente al decírselo. Seguramente, el lo va a valorar y finalmente podrán ser buenos amigos.

-Gracias mamá. Te quiero mucho.

-De nada mi corazón. Yo también a ti.

Anne se levantó, pero antes de salir Harry le preguntó.

-Mamá, ¿te desilusiona que sea gay?

Anne, se dio vuelta, y se acercó nuevamente a Harry.

-No mi amor, yo solo quiero que seas feliz. Me da temor que los prejuicios de algunas personas puedan hacerte daño. Pero yo estoy aquí junto a ti para enfrentarlos. Me hace inmensamente feliz tener un hijo que tenga la capacidad de amar. Y el amor, mi vida, no tiene género. – Luego de decir esto, lo besó en la frente, y salió.

Harry se quedó abrazando su almohada, ya no lloraba.

Eran las 23 hs. y Louis no podía dormir, daba vueltas en su cama pensando todo lo que había pasado, recordando lo que sintió cuando vio a Harry el primer día y luego como le había impactado su pasión al recitar aquel poema de Whitman. Era un niño muy dulce, muy hermoso, como un muñeco de porcelana. Y él era un bruto, y le había hecho daño. Quiso llamarlo para hablar, pero no tenía su número, y no conocía a nadie que lo tuviese. Tenía el teléfono de su mamá, que se lo había dado en el hospital, pero esas no eran horas de llamar.

Decidió vestirse, tomar su auto e ir hasta lo de Harry. Cuando llegó, vio que todas las luces de su casa estaban apagadas, menos una luz tenue en su habitación. Tomó una pequeña piedra del jardín, y la arrojó hacia la ventana. Espero unos minutos y nada. Tal vez a Harry le gustaba dormir con una luz prendida. Tomó otra pequeña piedra y volvió a tirarla contra la ventana.

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