SOMBRAS DE LA INOCENCIA. 💚KOOKV💜

Alfil.

.
.

No sienten que a veces se acerca el final?

3 días han pasado desde que ví a Jungkook, no hemos podido coincidir, no se dónde ha estado, aunque me doy una idea, Ye Ji me dijo que había estado ocupado y que hoy regresaría a casa.

Siento que hoy no será un buen día.

Eunwoo me viene a buscar todas las mañanas para ir a desayunar, debo decir que ese hombre es un verdadero príncipe, educado, atento, cariñoso y respetuoso, lastima que mi corazón pertenezca a mi Rey demonio.

Hoy, siendo un día como cualquier otro me levanté, fui al baño a prepararme para mí día, tenía muchas reuniones en la empresa y demasiados detalles que arreglar para el viaje a Francia, aunque ya la mayoría están listos, pero nunca está demás verificar que todo marche como debe ser, cuando estuve listo fui a darle los buenos días a mi hijos, las gemelas estaban ya despiertas, sus nanas estaban con ellas tratando de sacarlas de la cama, a esta hora cuesta que dejen la comodidad donde se encuentran pero quiero que desde pequeñas tengan buenos hábitos, me senté un rato para compartir junto a mis bebés cuando llegó la madre de Jungkook con mi hermoso niño para dejarmelo en brazos y avisarme que la comida estaría lista en media hora.

Ella no está feliz conmigo, lo sé, anoche cuando le dije que pensaba hacer no dijo nada, solo me observo por un largo rato hasta solo asentir y dejarme en compañía de la soledad de mi habitación, (antes no tenía nada, ahora sí, pensé) y es que para lo que tengo en mente necesito poder y eso ya lo tengo, solo espero concluir todo para que al fin mi vida sea como yo deseo.

Media hora paso y baje, los niños se quedaron arriba después de que las gemelas comieran sus frutas y mi hijo tomara su tetero, tristemente no producía leche suficiente para él, cosa que no me pasó la primera vez, el médico me dijo que fue por todo el estrés que pase, que afectaba una hormona en mi cuerpo que hizo que mi leche no fuera suficiente y eso me dolía todavía.

En el comedor ya estaba servida la comida, Ye Ji, Jin y Hobi estaban esperandome, los saludé con un -buenos dias- que inmediato me respondieron, y me senté en el lugar habitual, todos estaban muy callados, eso no era normal, pasará lo que pasará sentía que era algo que no me iba a gustar.

Todos empezaron a comer, mi ceño se frunció y los observé, ninguno me veían, estaban inmediatamente incómodos tratando de comer y justo cuando iba a preguntar que pasaba, la puerta principal se abrió y luego se cerró. Cómo no podía ver quién era, pues la pared dividía el comedor de la sala que es por dónde se pasa para llegar aquí, me dirigí a Joo, la señora de servicio y le pregunté.

- quien es Joo?-
Ella la encargada del manejo de todo en el hogar pensaba hablar cuando por el arco de la división apareció Jungkook y...

- buen día a todos.-
Dijo él, apenas podía creer lo que veía, mi interior estaba en llamas, pero mi rostro no mostraba ningún cambio, solo me límite a verlos, sonreír y me dispuse a comer.

Todos en la mesa me observaban, pero yo solo comía, Jungkook y su acompañante se encaminaron a tomar asiento cuando yo, levanté mi rostro hacia Joo y le dije.
- por favor Joo, sube y dile a las nanas que preparen las maletas de mis hijos y tú prepara la mía, apenas termine de comer...-
Gire mi cara hacia Jeon.
- nos vamos.-
Y volví a sonreír, para seguir comiendo, como si no hubiera dicho nada.

El ambiente se torno gélido y la tensión se podía cortar con un cuchillo, antes de llevar el bocado de huevo con tocino a mi boca un fuerte golpe se escuchó en la mesa. Joo que iba saliendo del comedor se detuvo, Ye Ji cerró los ojos, Hobi y Jin intercambiaron miradas y yo solo termine de llevar el bocado de comida a mis labios para saborear este amargo desayuno.
- Joo...
El señor Jeon y mis hijos no van a ningún lado.-
Habló Jungkook, en esta casa todos, absolutamente todos ya sabían que él estaba con vida, su madre me dijo que era mejor así, pues podría andar con tranquilidad en su hogar, ya que cuando salía de casa siempre llevaba su cubrebocas.

- y tú quien eres para decidir dónde voy o no?-
Dije con fiereza llevando después mi mirada hacia su acompañante para seguir.
- tu voz tiene poder en él...-
Señale con el tenedor al pelimorado.
- pero en mi no...
Y he dicho que me voy, porque ni creas que estaré en el mismo sitio donde está uno de los culpables de lo que sucedió.-
La silla donde estaba sentado se volcó hacia atrás del impulso que di al levantarme, empecé a dirigirme hacia el arco de la salida del comedor y allí me detuve unos segundos, sin girarme le dije a Jimin.

- te agradezco por salvar a mis hijas pero no te perdonaré el hecho de que por tu culpa perdí a mi primer bebé.-
Y salí de allí para ir a mi habitación, necesitaba salir de ese ambiente tan doloroso para mí, es que, no podía creer que Jungkook haya traído a ese doncel junto a él, quizás olvidó todo pero yo, jamás.

Era mi hijo el que perdí, fue mi cuerpo el que golpearon y ultrajaron, fui yo el que sufrió torturas por un mes, eso era algo que jamás se borrará de mi piel y alma. Cuando llegue a la habitación fui directo al closet, tome la maleta y empecé a empacar, no llevaba ni 5 minutos cuando sentí la puerta ser abierta y cerrada segundos después.

- no te irás.-
Me ordenó Jungkook.
- Taehyung...
Puedes parar?-
Me dijo él, pues yo seguía guardando mis cosas en la maleta.
- TAEHYUNG.-
grito.

- QUE?-
Le respondí en el mismo tono.
- me voy, te lo dije.-
No quería verlo, este hombre cada vez más rompía un poco más mi corazón.

- Tae...
Escúchame, Jimin vino solo un momento...-
Suspiró.
- de verdad piensas que sería tan desgraciado para hacerte pasar por esto?-

Mi mano paro en mi estómago, de un momento a otro comencé a reír, era una risa rota, una risa que carecía de humor, pues...

- si Jungkook, pienso que me harías pasar por esto y más.-
Dije cuando mi risa se detuvo, me gire a encararlo.
- esto no es nada comparado con el dolor que me has hecho pasar.-

Allí, en el silencio de la habitación, con nuestras miradas cruzadas, se podían oír los susurros de las palabras no dichas, palabras que al ser pronunciadas acabarian o no, las sombras de nuestro amor.
.
.
.
.
.
.