Felix es el bonito y ardiente omega de BangChan, el alfa más atractivo y, por supuesto solicitado de todo el centro escolar.
BangChan era un completo playboy, era solicitado por numerosos omegas tanto hombres como mujeres, y él se aprovechaba de es...
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Ocho meses pasaron. Eran vacaciones de verano, lo cual era un gran alivio y descanso para Felix, ya que en la escuela aparte de que se cansaba mucho, tenía que soportar las miradas de sus compañeros juzgándolo por estar en cinta sin tener marca. Y es que Hyunjin no quería marcarlo aún, pues eso sería la decisión de Felix.
Respecto a BangChan, desde ESE día no supo nada de él, no le habla y también intentaba evitarlo en la escuela.
Debido al tiempo ya pasado, a Felix ya se le notaba mucho más la barriguita. Iban a tener un bonito niño que se llamaría Jungwon. Hyunjin cada día se enamoraba más de Felix. Felix todavía era algo torpe con eso del embarazo, pero Hyunjin siempre estaba ahí para cuidarle de que algo malo pasara, protegerlo y, por supuesto, mimarlo.
Hyunjin le daba a Felix todos los caprichos que el último tenía, todos y absolutamente todos.
Se encontraban en el centro comercial, mirando cositas en una tienda de bebés. Hyunjin veía la carita ilusionada de su omega, sus ojos brillositos y su amplia sonrisa. Hyunjin sentía su corazón calentarse cuando veía esa expresión, que generalmente la tenía cuando estaban mirando cosas para comprarle a Wonnie.
Hyunjin vió unos pequeños zapatitos azul celeste, eran tan bonitos. Su pecho se sentía caliente, sonrió inconscientemente cuando los imaginó puestos en su bebé, correteando de aquí para allá.
Felix apoyó su cabecita en el hombro de Hyunjin mientras se acariciaba el vientre, mirando también los zapatitos. Vió la cara sonriente de Hyunjin, Felix sabía que su alfa se moría de ganas por ser papá. Se puso de puntitas, para besar la mejilla del mayor, pero antes de que pudiera llegar, Hyunjin giró su cabeza y terminaron dándose un pequeño piquito en los labios. Una pequeña risita se escapó de la boca de Felix, y acto seguido besó otra vez los labios del otro, ahora siendo un beso más prolongado, que sería terminado con el chasquido de otro piquito.
—Te amo.— Espetó Hyunjin, sinceramente. Felix lo miró a los ojos, diciéndole todo a través de ellos.
Después de estar unos minutos teniendo contacto visual, se dispusieron a seguir mirando ropita. Hyunjin a través de la vitrina del escaparate, vió en frente un puesto de joyería.
—Amor.— Llamó, y Felix hizo un "mmh" indicándole que prosiguiera. —Te espero fuera, ¿sí? estoy algo cansado. Toma.— Felix asintió y Hyunjin le dió la tarjeta de crédito. Dejó un beso en la frente del pequeño. —Llámame si pasa algo.—
Abandonó el establecimiento y se dirigió a aquella joyería. Saludó con un "Buenos días." Y una reverencia. Comenzó a mirar los anillos. Vió dos alianzas de plata, tomó una para verla más de cerca. Se imaginaba su boda, contrayendo matrimonio. Sonrió, pero rápidamente sacudió su cabeza, negando. Quizá es un poco, o demasiado pronto. Salió de la tienda, y esperó en la entrada a Felix.
Pasados unos minutos empezó a preocuparse ya que Felix no llegaba, así que volvió a entrar. Vió a Felix jadeando, tocando su vientre. Agua sucia en el suelo. Felix había roto aguas. Se había puesto de parto.
Hyunjin inmediatamente cargó a Felix en sus brazos y lo llevó rápidamente al coche, dónde inclinó levemente el asiento para que el pequeño pudiese estar algo menos incómodo.
Conducía algo tenso, escuchando de fondo los jadeos y los gemidos de dolor que emitía Felix, quien estaba lloriqueando. Quitó una mano del volante para así poder dársela a su omega. Con su pulgar empezó a acariciar la extensión de la mano que sostenía de Felix.
Llegaron al hospital y tan rápido como llegaron a la sala de emergencia los médicos los atendieron.
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Largas horas de intervención y el pequeño Jungwon ya había salido del vientre de su mamá. La matrona dejó al pequeño bebé en los brazos de Felix, y Hyunjin miró la escena encantado. De Felix salían hipidos, las lágrimas de felicidad cayendo por su rostro. Sus ojos brillando mirando al nuevo amor de su vida, a su bebé. Dejó un pequeño besito en uno de sus cachetes, y tocó sus manitas. Jungwon sujetó su dedo índice. Felix rió feliz.
La matrona dejó unos minutos a Hyunjin y a Felix para que pudieran estar un ratito con su bebé. Después, pidiendo permiso antes a la madre, tomó al bebé en brazos y comenzó a hacerle algunas pruebas, como medirlo, pesarlo... Y después, unas doctoras trajeron una pequeña bañerita con agua templada.
Le enseñó lo básico a los papás, y también le ofreció a Hyunjin acercarse para bañar al bebé. Felix los observaba sonriendo. Hoy sería un nuevo comienzo.
Empezaría de muevo su vida, junto a sus dos príncipes. Nada podía ser mejor.
La matrona volvió a colocar nuevamente al bebé en los brazos de su mamá. Jungwon tenía la boca abierta y movía la cabeza a un lado, como si estuviera buscando algo. Felix, por instinto, rápidamente entendió. Tomó su pecho algo hinchado y lo puso en la naricita del bebé para así poder estimular un poco su olfato. El bebé al oler la leche que goteaba, elevó su cabecita y succionó el pezón, empezando a lactar.
Hyunjin rodeaba a Felix con sus brazos y con una mano sostenía y acariciaba la cabecita del niño.
Hyunjin se agachó, y quedó a la altura del niño, quien hacía pequeños ruiditos al succionar el pecho, y después tragar. Se dió cuenta de que su gran mano ocupaba todo el pequeño tronco del bebé. Era tan tierno. Se dió cuenta de que Felix tenía sus ojos puestos en él, y le dedicó una bonita sonrisa que después el omega imitó también.
Con cuidado de no aplastar al pequeño niño, los labios de sus papás se unieron en un cariñoso beso. Todo el esfuerzo de Felix, y el de Hyunjin también por cuidarlo, mereció la pena.
Y una vez más, se confesaron todos sus sentimientos a través de su contacto visual. Algo que solo ellos dos entendían, solo Felix y Hyunjin.
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