Hyunjin vió como Felix se derrumbó en el suelo, llorando desolado. Estaba empapado, no podía dejarlo ahí.
Ni siquiera preguntó, él sabía que debía protegerlo. Lo cargó en sus fuertes y reconfortantes brazos, intentando acallarlo. Le susurraba cosas al oído como "Tranquilo, estoy aquí." "Ya pasó." "Estarás bien conmigo." "Te protegeré."
Lo enrollaba en sus brazos, importándole muy poco si su ropa se mojaba también, Felix era su prioridad. Subía tranquilamente las escaleras, haciendo a Felix sentir el tambaleo, como si fuera mecido. Las feromonas de Hyunjin inundaba sus fosas nasales. Su cuerpo ya estaba más relajado, solo se escuchaban sus hipidos.
Llegaron al baño, Hyunjin sentó con cuidado a Felix en la tapa del inodoro. Vió una mueca de dolor, pero pensó que solo era molestia.
Desvistió a Felix y se percató de la cantidad de sangre que se derramaba por los muslos del menor. Hizo un jadeo.
—¿Te han hecho daño, Bokkie? ¿Qué te hicieron?— Preguntó calmado, tratando de no alterarlo. Se imaginaba el peor de los casos.
Los sollozos se volvieron a escuchar, Felix se cubrió su cara con sus manos, su pequeño cuerpecito se encogió y tiritaba del frío. El lobo de Hyunjin arañaba en su pecho. El mayor se agachó a la altura del menor, le pasaba los mechones azabache por detrás de su orejita. Suspiró.
—Pequeño... ¿Chan te hizo algo que no quieres?— Tomó sus manitas, para descubrir su cara. El pequeño se retorcía. Asintió frenéticamente. Hyunjin se puso furioso.
—Mi bebé, mi bebé, mi bebé...— Repetía una y otra vez.
—¿Un bebé, Bokkie? Explícame, por favor.— Pidió suavemente, acariciando al más pequeño.
—M-me dejaste en cinta el d-día de mi celo...— Hyunjin abrió los ojos como platos al escuchar eso. —Él ma-mató a mi bebé...—
Hyunjin se enfureció, soltó un fuerte gruñido que incluso sobresaltó a Felix. Quería matarlo. Su respiración se irreguló, su mandíbula se apretó. Los colmillos se mostraron. Felix, aún temblando, abrazo a Hyunjin. Trató de liberar algunas feromonas para tranquilizar al alfa.
—No le hagas nada, solo quiero que te quedes conmigo, por favor...— Rogó. Su voz rota.
—Siempre lo haré.— Aseguró. Besó la sien de Felix.
Hyunjin limpió una lágrima que caía por su mejilla, pero Felix no se dió cuenta de eso. Fue cargado por Hyunjin, quien antes preparó una bañera con agua caliente. Fue sumergido en el agua, sintió como su cuerpo se relajaba con la temperatura. Su cuerpo era frotado con delicadeza mediante una esponja que tenía Hyunjin en sus manos.
El silencio reinaba, era cómodo. Solo se escuchaban las gotas de agua caer cuando la esponja era estrujada, o cuando Hyunjin metía sus manos en ellas para echarla sobre el pequeño, o simplemente comprobar que siguiera caliente. Hyunjin lo trataba como si fuera la cosa más frágil que existiera en el mundo, tan delicada y cuidadosamente. Sin tener otras intenciones. Tan puro.
Hacían contacto visual. Los ojos de Felix reflejaban su sufrimiento y dolor, y los de Hyunjin transmitían comprensión y tranquilidad. Se perdieron en los ojos del otro.
Las húmedas manos de Felix sostenían el rostro de Hyunjin, sus caras se acercaron poco a poco. Sus labios se unieron. Un beso libre de las garras de la lujuria. Un beso suave, tierno y cálido. Un beso que es capaz de curarte las heridas internas que alguna vez te hicieron.
Hyunjin fue capaz de perdonar todo el daño que le causó Felix, aquel beso era una prueba de ello. Porque cuando estaba con Felix, nada más le podría importar. Simplemente quería disfrutar con él, cuidarlo, consentirlo y amarlo. Convertirse en su alfa, y que Felix sea su omega. Que sean el destinado del otro. Que aprendan de sus errores, y que se enseñen mutuamente. Eso deseaban.
El beso finalizó haciendo sonar un chasquido. Se miraban a los ojos, las palabras sobraban entre ellos, ya sabían todo lo que se querían decir.
Una vez terminó el baño, Hyunjin cargó a Felix de la bañera, enrollándolo en una blanca toalla. Tal y como si fuera un niño pequeño. Le secó el cabellito con suavidad, y después de eso le preparó un poco de ropa calentita. La ropa le quedaba un poco grande a Felix, pero realmente no le importaba. Aspiró el olor de la ropa, sintiendo como la tranquilidad inundaba su cuerpo.
Hyunjin al ver ese gesto tuvo una idea. Tomó algunas prendas suyas, y empezó a impregnar su aroma ahí. En la cama, acomodó todas las prendas, haciendo un pequeño nidito. Le hizo una seña a Felix con la cabeza, indicándose que se recostara en medio. Felix sonrió, y acató. Se acurrucó entre estas, ronroneando. Su omega se sentía calmado, el olor se impregnaba en él. Hyunjin se enterneció al ver aquella escena. Sonrió viéndolo. Porque él solo tenía ojos para Felix.
El pequeño se removió.—¿Puedes venir conmigo, por favor?— Pidió. Se echó a un ladito dejando espacio para Hyunjin, quien no tardó en acceder y se acostó junto a él.
Hyunjin jugaba con los cabellitos del más pequeño, y este solo se acurrucaba buscando su calor, como siempre acostumbraba a hacer. Felix por fin pudo descansar sus ojitos, que pesaban de tanto llorar. Estaba tan agotado por el día que tuvo. Mañana irá mejor, está seguro.
Hyunjin miraba al menor cayendo en el sueño. Bajó una mano, acariciando el vientrecito del omega. Su alfa lloriqueó algo triste. Su pequeño bebé ya no estaba.
Una lágrima fue derramada, pero rápidamente limpiada. Hyunjin dejó un beso en la barriguita de Felix, y después subió hasta sus labios, dejando también un piquito ahí.
Abrazó al menor, poniéndolo sobre su pecho. Ellos dos, en su nidito. En su zona de confort. Felix escuchaba calmado los lentos latidos del corazón del alfa, contándolos. Con sus deditos, daba toquecitos a la par del ritmo cardíaco del otro. Y, al final, pudo reconciliar el sueño. En los brazos de un alfa. De su alfa.
VENGA CAPITULITO ALGO CUTE PORQUE NO ME GUSTA SUFRIR HEHE
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𝐁𝐫𝐞𝐚𝐤 𝐮𝐩 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝.
FanfictionFelix es el bonito y ardiente omega de BangChan, el alfa más atractivo y, por supuesto solicitado de todo el centro escolar. BangChan era un completo playboy, era solicitado por numerosos omegas tanto hombres como mujeres, y él se aprovechaba de es...