Felix es el bonito y ardiente omega de BangChan, el alfa más atractivo y, por supuesto solicitado de todo el centro escolar.
BangChan era un completo playboy, era solicitado por numerosos omegas tanto hombres como mujeres, y él se aprovechaba de es...
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Hyunjin despertó primero al día siguiente, encontrándose con Felix acurrucadito a él. Era precioso. Estaba profundamente enamorado de aquel pequeño, sus ojos siempre estarían puestos en él, estaba seguro.
Siempre se siente inquieto cuando ve al omega. Felix es alguien tan impredecible. Hyunjin se siente nervioso pensando en lo que pasará más adelante. Pero lo que si sabe es que en cualquier circunstancia estara con el pequeño. En cualquiera. Siempre. Porque Felix era su amor. Porque Felix es la única persona capaz de ponerle el mundo del revés y volver a ponerlo bien, es capaz de alocar su aburrido mundo. Y aunque estar con Felix suponga perder a su mejor amigo, y ser odiado por los perritos falderos de este, iba a hacerlo, porque Felix es lo primero.
A Hyunjin le da igual no ser la primera prioridad de Felix. Le da igual mientras el pequeño sea feliz. Quería verlo sonreír con o sin él, por lo que si eso implica que tenga que esperarlo toda la vida, o no tenerlo en vida, Hyunjin iba a renunciar a él solo para que viva su vida bien. Porque a Hyunjin no le importaba sufrir por él. Hyunjin deseaba cargar con el daño de Felix y que este no tuviera que sentirlo.
Hyunjin notó como Felix dormía mientras tenía sus manitas puestas en su barriguita. Suspiró algo triste. Llevó su rostro a aquel vientrecito, empezó a repartir besos en él y acariciaba con mucho cariño ahí. Era algo tonto, su bebé ya no estaba ahí, pero aún así Hyunjin se imaginaba qué hubiera pasado si siguiese ahí.
Su bebé. Eso sonaba tan bien. Hyunjin se moría por ser papá. Se imaginaba unos piececitos correteando por toda la casa, las risitas que indican que han hecho alguna travesura, los inocentes besitos, las rabietas, que aunque sean insoportables es lo que tiene ser un niño... Sonrió inconscientemente. Algún día podría ser papá junto a Felix.
Felix despertó, removiéndose perezosamente en la cama, haciendo que los pensamientos del más mayor se disiparan y enfocara toda su atención en él.
Hyunjin levantó su cabeza, se acercó al rostro del pelinegro y dejó un suave besito en el puente de su naricita de botón, la cual Felix arrugó un poquito al sentir el contacto. Era tan tierno.
El más pequeño extendió sus bracitos para abrazar al castaño. Olfateó su pecho, impregnándose en su aroma. Hyunjin acariciaba su pelo.
—Iremos al hospital hoy, ¿de acuerdo?— Felix se encogió inmediatamente. Sus labios se abultaron.
—No quiero...— Agachó su cabeza. Hyunjin lo miró comprensivo.
—Lo sé, amor...— Suspiró y besó la frente del pequeño. —Pero puede ser peligroso si no te tratas. Estaré contigo en todo momento, ¿sí?— El más pequeño asintió lentamente como respuesta, Hyunjin sabía que Felix no estaba conforme, pero tenía que cuidarse.
