𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 ➳ ʜᴀᴏʙɪɴ

𝟏𝟔.

Dentro de aquella infantil y oscura habitación se encontraba Zhang Hao, acariciando las hebras azabaches del pequeño Yujin, no había podido conciliar el sueño por más de dos horas seguidas en toda la noche. Sus muñecas aún no dejaban de doler pero no podía salir a por el botiquín, temía encontrarse con él. Las horas pasaron y hasta que no vio al sol asomarse un poco por la ventana se animó a salir en silencio.

— tiene que ser una jodida broma — susurró, cuando abrió la puerta del cuarto de sus mellizos se encontró a Sung durmiendo a un lado de esta, esperándolo.

"Idiota" pensó y se escabulló en silecio hasta llegar a la cocina, había visto aquella cajita blanca en alguna parte.

— es un irresponsable ¿cómo no puede tener algo para este tipo de ocasiones? — habló solo indignado, estaba vacía ¿y así se supone que cuidaba bien de Yujin?

— Yo lo tengo — dio un saltito por el susto, mierda.

— felicidades, te haré un gran pastel por tu logro — respondió sarcástico, quiso salir pero el menor se lo impidió — ¿qué crees que haces?

— no te dejaré salir hasta que aclaremos las cosas.

— ya hiciste eso ayer ¿recuerdas? Y me lastimaste —mostró sus muñecas aún rojas— apártate.

— no fue mi intención, perdóname — murmuró con un puchero.

— nunca es tu intención y tampoco sabes decir otra maldita palabra — trató de apartarlo pero no pudo moverlo, estaba tan cansado — ya no puedo con esto, ya no puedo contigo.

— si tan solo me dieras una oportunidad- — quiso seguir hablando pero fue interrumpido.

— te di una, te di dos, tres, cuatro — hizo una pausa — te di tantas todos estos años ¿y de verdad quieres otra? Echaste a la basura todos nuestros años juntos, acéptalo. Lo nuestro se acabó.

— si pudieras- — lo interrumpió de nuevo.

— ¿Qué explicación me podrías dar, Hanbin? ¿Qué no soy solo bueno en la cama? ... Al final de cuentas es mi culpa, nadie me obligó a no ejercer mi carrera, mudarme aquí contigo o criar a tus hijos. No te culpes que aquí el único culpable soy yo.

— no digas eso, por favor, no pienses eso de ti.

— claro que no pienso eso de mi ¡esa es la mierda que pensaste tú de mi todos estos años! — gritó, empezó a golpear su pecho para que se apartara pero con sus muñecas frágiles eran solo leves caricias — muévete, ya no quiero verte nunca más.

— ese día escuchaste mal, todo tiene una explicación.

Como pudo apartó al alfa — Lo único bueno que pasó entre nosotros fueron mis pequeños pero tú ... eres un jodido bastardo. Desearía nunca haberte conocido — corrió al cuarto de sus pequeños, una vez dentro empezó a sollozar. A este punto se consideraba un completo llorón pero no podía evitarlo, no era su culpa.