𝟏𝟓.

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Pt.4

Los años pasaron y el momento que más temía el omega llegó, separarse de sus bebés.

— Binnie — puchereo — no quiero que vayan, podemos esperar al próximo año.

-—eso dijiste hace un año, amor.

— no quiero que mis bebés me dejen, son mi vida entera.

— cielo, no les pasará nada malo — lo abrazó para calmarlo — trabajé duro para que puedan estar en el mejor lugar, sentirán que es como su otra casita.

Suspiró, su esposo tenía razón, estos años Hanbin se había esforzado mucho en el trabajo para tener aumentos y ascender de puesto, todo para darles una mejor calidad de vida.

Había comprado una casita para los cuatro, no era la más grande ni la más moderna pero era acogedora, no era su casa soñada pero este le había prometido que en unos años le daría una vida de lujos junto a esa casa que miraban en revistas. Veía como su alfa se esforzaba en comprarles lo mejor e inscribir a sus pequeños en los mejores lugares para su educación, se sintió mal creyendo que era un malagradecido por rechazar su esfuerzo.

— te amo — soltó de repente haciendo reír al menor.

— ¿así de pronto?

— ¿qué acaso no puedo decirte que te amo? — protestó.

Sonrió, acarició la mejilla del chino — yo también te amo, más de lo que imaginas — sellaron su amor con un profundo beso que pudo haber trascendido en algo más si no fuera por unos llantos que indicaban que los pequeños de la casa ya habían despertado.

Alistó a sus chiquitos con paciencia y cuidado, los amaba mucho ¿cómo no hacerlo? Él habia creado a esas dos bolitas de algodón, se sentía orgulloso.

— llegamos — murmuró el coreano, miró al chino con los pequeños en brazos sin ánimos de querer soltarlos — cielo, tienes que hacerlo.

— me duele — susurró, tenía un nudo en la garganta ¿cómo estaba seguro que los tratarían bien?

¿Ellos sabían que a Ollie le gustaba que le canten? ¿Acaso sabía que les gustaba dormir abrazados? ¿Ó que Yujin era muy tímido y se escondía en su cuello para oler su aroma y sentirse protegido?

— a mi también me da tristeza despegarme de ellos pero míralos, son unos cachorritos bien portados y amorosos gracias a nosotros. Serán bienvenidos a donde sea que vayan.

Con pena bajó a sus hijos de sus brazos para hacerlos entrar, notó cómo veían el lugar algo confundidos y se le rompió el corazón al ver a Yujin llorar queriendo volver. Observó cómo se los llevaban dentro siéndole imposible no derramar lágrimas, fue consolado por su esposo que lo abrazaba y decía cosas bonitas a su oído, se sentía tan protegido con él.

— tengo que ir al trabajo ¿estás seguro que quieres ir solo a casa? Puedo acompañarte hasta allá

— ya estoy bien, Binnie, no te preocupes. — le dio un beso de despedida, deseándole suerte antes de tomar caminos distintos. Subió al autobus con dirección a su casa y habló con sus amigos para matar el tiempo.

— ¿no es desagradable? — levantó la mirada al escuchar eso, volteó viendo como un par de señoras se les quedaban viendo.

— cada vez hay más chinos en Corea, debería haber una ley para frenarlos.

— solo vienen aquí por los beneficios, buscan al alfa más rico y arruinan su familia.

— son unas putas.

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 ➳ ʜᴀᴏʙɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora