Como se sana un corazón roto?

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Alaska

Esa mañana me levante para ir a odiarme al maldito espejo. Soy baja y no gorda pero si pasadita de peso.Siempre me he odiado por eso. Cuando cumplí los 13 mi padre me mandó a Francia me mandaba panqués y postres que compartía con mis amigas, a pesar de que comía menos que ellas mi metabolismo no quiso procesar los carbohidratos haciéndome ganar 5 libras y dándome de premio una pancita lo suficientemente grande para causarme una inseguridad permanente. El doctor dijo que por un problema hormonal será difícil bajar de peso pero no mantenerlo. Mi cabello es lo que mas me gusta de mi. Mi largo precioso cabello al que, cuando cumplí 22 decidí darle unos reflejos rubios. Me puse sombra negra en los ojos me pinté los labios y me dispuse a salir a dar un paseo en el bosque. "Quien demonios se maquilla para pasear en un bosque donde no hay nadie?" Yo.

Salí y llevé una canastilla con un sándwich de queso y una manzana y materiales de dibujo. Me adentré mas en el bosque, la luz del sol pasaba por las hojas de los arboles dando un precioso efecto de luz verde. Me puse a dibujar y lo primero que salió fue un rostro masculino, continue sin saber bien lo que hacía hasta que me di cuenta que había dibujado al imbecil de Philipp. Phil me dejo hace un mes por una rubia delgada y tonta llamada Lara. Como podía yo seguir viviendo si cada respiro que daba era por Philipp? Como podía meter aire a mi cuerpo si el es oxigeno que respiro?

Levanté la cabeza para morder la manzana cuando a lo lejos vi la figura de un hombre casi esquelético pero con cierto porte y una máscara blanca en un lado de su rostro colapsando en el piso. Corrí a su ayuda, estaba desnutrido y su ropa apestaba de hace tres días. Sus labios estaban secos indicándome que estaba deshidratado y corrí hacia un riachuelo para agarrar algo de agua entre mis mano y meterla como pude en su boca. Me calmé y analisé su rostro un poco más. Era un hombre bellísimo con cabello negro y un rostro masculino y tenso y labios delgados. Toqué delicadamente la mascara hecha de yeso y decidí no quitarla para respetar su privacidad.Seguía respirando para mi alivio.

Una de las ventajas de tener sobrepeso es que de cierta forma te da un poco mas de fuerza y este hombre al estar en los huesos no fue difícil de arrastrar por el bosque. Llegamos a mi casa y lo puse en el cuarto de Philipp. Salí de la habitación y al ver el piano que Phil me había querido enseñar a tocar intenté ensayar. Las notas eran harmoniosas pero no correctas estuve unos veinte minutos intentando descifrar las notas de "Für Elise" de Beethoven cuando una voz gruesa y pero suave habló.

- "La Do La" en la izquierda empezando a juntar desde el segundo "La" de la pieza.

Así lo hice y el siguió corrigiéndome.Cada nota que tocaba tenía mas sentido, mas color, mas sentimiento. Este hombre hacía magia.No hay otra explicación.Al cabo de diez minutos logre tocarla mas o menos bien.

-Mejor. dijo

-Quien es usted? pregunte con un tono un poco sorprendido.

-Un cobarde que le debe la vida a pesar de no quererla.

Me volteé a verlo y sus ojos eran posiblemente lo mas hermoso que había visto desde la partida de Phil. Un par de ojos duros pero suaves. Un par de ojos que brillaban como esmeraldas y que me mostraban el dolor en el corazón de este hombre. Un dolor que yo conocía bien, el dolor de un corazón roto.

-Cual es su nombre?me pregunto para romper el silencio.

-Alaska.

-Y Alaska porque me salvó ?

-Porque... es un ser humano como cualquier otro.

Eso pareció haberle sorprendido. Que alguien lo llamara humano.Tanto lo había herido este monstruoso mundo? Un hombre que no puede ni siquiera pensar en el como un ser humano? Era un hombre atractivo. Porque no lo querrían? Un hombre talentoso. Porque no idolatrarlo?

-Supongo que no me habrá quitado la mascara si es capaz de decir eso.

-No monsieur.

- Y supongo que no sabra lo de la Ópera Garnier

-Con todo respeto señor la ópera hace años que no la veo. La ultima vez que fui ahí tenía dieciséis y solo fui por una visita mi padre.

-Es una pena que una jovencita tan hermosa no aprecie el arte del teatro. O mas o menos viendo el esfuerzo que pone en el piano, supongo que la musica es un arte que disfruta.

-Si monsieur.

-Puedo? señaló el piano y sacó un papel doblado del bolsillo de su pantalón.Se sentó mientras me levantaba

- C-claro.

-Que dice si cambio su opinión sobre la ópera?

-Sería un placer monsieur, pero, si no malinterpreto la situación diría que está evitando la conversación de lo que concierne su hospedaje.

-Tiene algo de genio. No es así?

-Monsieur puede quedarse aquí.No es ningún problema y necesito compañía para serle sincera.

-Créame cuando le digo que no soy una persona culla compañía sea grata.

-Monsieur, mírese, está en los huesos, pálido y deshidratado.

Me acerqué lentamente a sentarme junto a él y puse mi mano en su hombro.

-Y si me permite decirle... su ropa apesta.

-Señorita mi intención no es vivir si eso le preocupa.

-Me dijo que me debe la vida y si quiere saldar su deuda, quédese, necesita sanar.

-Como se sana un corazón roto?

-Es una respuesta que yo también necesito descubrir. Quédese, por su bien.

-No podría.Como pagarle? No tengo dinero.

-Enséñeme a tocar y a cantar, según usted no se de arte.

-Ya no enseño.

-Entonces se quedara aquí de todas maneras.

-Solo le enseñaré a tocar el piano. No enseño canto, ya no. dijo firmemente.

-Trato hecho.

-Bien, si me permite voy a lavar esta ropa que según usted apesta.

-No es necesario, monsieur yo la lavo y el pantalón también. Puede lavar su ropa interior. dije entre risitas que el correspondió.

-No tendría nada que ponerme después de entregárselas

-En la habitación que le dí hay ropa de Ph- de hombre.

Asintió y se levanto dispuesto a irse.

-Cual es su nombre monsieur?

-Para ti soy una idea, para ti no tengo nombre. dijo sombríamente saliendo de la formalidad del usted.



The beauty underneath | El Fantasma de la ÓperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora