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El castaño estuvo merodeando por el pasillo en busca de su respectivo casillero. Era temprano así que decidió tomarse el tiempo con calma.
— ¡Eun Woo, Eun Woo! — el alegre llamado del rubio lo hizo detenerse.
— ¡Hoseokie! — sonrió ampliamente, corriendo con rapidez hacia los brazos extendidos del alfa.
— ¿Cómo amaneciste, eh? — preguntó en tono dulce. Abrazándolo por un buen tiempo.
— Muy bien. ¿Y tú?
— Igual que siempre, con mucho sueño. — bromeó, separándose del omega. — Pero muy, muy feliz de verte.
— No exageres~. — golpeó levemente su abdomen.
— Un día es como un año para mí. — dramatizó, haciendo reír a Eun Woo. — Pero no importa, vamos a dejar nuestras cosas. — rodeó los hombros del más bajo y juntos se dirigieron hacia dicho lugar.
Al llegar, Hoseok fue mucho más rápido en coger sus cuadernos y cerrar su casillero, para luego recostarse de lado y observar al omega con curiosidad.
— ¿Y pasó algo? — cuestionó, intentando ocultar su traviesa sonrisa.
— ¿Sobre qué? — terminó con su trabajo y se puso frente al rubio.
— No sé, quizás sobre cierto alfa de cabello gris. — se encogió de hombros. Felicitándose mentalmente al ver las sonrosadas mejillas de Eun Woo.
— No sé a qué te refieres. — su mirada vaciló con timidez.
— Oh, claro que sí sabes. — canturreó divertido.
— ¿Por qué no nos vamos ya, uh? — lo evadió, empezando a caminar rápidamente.
Eun Woo no tenía pensado contar algo con respecto a Moonbin. ¿Y si el alfa se enojaba? Aún no podía pasar por alto todo el mal genio que Moon se cargaba cuando se trataba de algún omega. Cha no quería correr algún riesgo.
— ¿Por qué huyes? ¿Pasó algo significativo? — fue detrás de él.
— No digas esas cosas. — apegó los cuadernos a su pecho. — Somos amigos y ya, no hablemos de ese tema.
— Hey, espera. — posó su mano en el hombro del pelinegro.
— ¡Suelta a mi omega!. — la voz de Moonbin hizo acto de presencia.
Eun Woo instintivamente se quedó quieto por completo. El tono era muy fuerte para su lobo y sabía de sobra el dueño de aquella voz solo podía ser el peligris.
El rubio se alejó del omega para dar vuelta y ver a Moonbin. Haciendo que Eun Woo hiciera lo mismo, sintiendo como el aroma de Moon estaba medio agrio debido al enojo.
— ¿Disculpa? — arqueó una ceja. Jung podía ser un chico muy educado y alegre. Pero al ser alfa, su lobo tampoco podía dejarse mandar por otro.
— Te disculpo. — sonrió ladino. — Solo quería aclarar que soltaras a mi omega.
Si bien Eun Woo estaba sonrojado, esta vez el color carmín en su rostro fue mucho más efusivo.
— ¿Qué? — susurró incrédulo, no siendo notado.
— Déjame pasar. — le gruñó, intentado rodear a Hoseok.
El rubio colocó sus manos en el pecho de Moonbin, empujándolo. — No permitiré eso. ¿Eres consciente de cómo estás? Asustarás a Eun Woo. — le devolvió el gruñido.
— Tú no eres nadie para decirme qué hacer. — lo encaró, su mandíbula estaba notoriamente tensa y su mirada trataba de dominar a Jung.
— Estás haciendo un maldito problema por nada.
— ¿Te parece poco tocar a mi omega?
— ¡Deja de usar esa puta voz! — bramó con fuerza. — Ponte límites, Moon.
— ¿Y sino qué?
El castaño se alarmó, por más que sabía que estaba corriendo peligro al presenciar una discusión entre alfas, su lobo le decía una y otra vez que calmara a Moonbin.
A su alfa.
— ¡Espera, espera! — el omega dejó sus cuadernos en el suelo y por instinto, abrazó a Moon fuertemente. — Cálmate, respira con tranquilidad. — le susurró con suavidad.
Hoseok retrocedió al ver las acciones del omega. Realmente quedó escéptico ante la imagen que parecía muy lejos a ser posible. No lo dudó mucho y salió de aquel pasillo rápidamente.
Las cosas parecían haberse calmado.
El peligris sostuvo a Eun Woo de la cintura, llevando su nariz a la unión del cuello y hombro del omega en donde su aroma era mucho más fuerte.
— Así, tranquilízate por favor. — comentó, dejando suaves caricias en el cabello del alfa.
Suspirando de alivio al ver que la respiración de Moonbin en su piel empezaba a regularse.
Eun Woo intentó soltar sus feromonas, sintiendo luego que el peligris rodeaba su torso con ambos brazos de manera posesiva. La nariz del alfa rozaba su cuello con delicadeza, aspirando el dulce aroma a manzana y caramelo.
— ¿Estás mejor? — dudó al momento de preguntar. Pero de cierta forma se sentía bien al notar que Moonbin no había reaccionado de mala manera. — Lamento si te incómodo. — llevó sus manos a los hombros del alfa intentando separarse.
— No, no, espera. Solo un poco más. — pidió suavemente. Acercando a Eun Woo hacia su pecho de nueva cuenta.
Moon no podía evitarlo. El precioso omega destilaba un aroma tan suave y dulzón que lo hacía sentir cálido y relajado.
Una sensación completamente maravillosa. Una tan fuerte que pudo calmar con los golpes de su lobo debido a los incontrolables celos.
Había mucho que aprender y mejorar. Pero con Eun Woo a su lado, la neblina empezaba a desaparecer lentamente.
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El príncipe y el plebeyo ☆ Binwoo
Fanfiction❝Y pues así, eran tan solo el príncipe y el plebeyo.❞ Moonbin era el alfa más codiciado de la universidad. Eun Woo uno de los omegas, que al igual que los demás, suspiraban por él, deseando poder llamar su atención. Será una conexión especial la que...