💜08: Pelea💜

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JinJin caminaba sonriente mientras miraba todo a su alrededor. Aún era temprano y sabía que no tenía de qué preocuparse. Saludó respetuosamente al conserje que traía un periódico consigo y se adelantó hasta por fin ver la gran entrada de la universidad.

Todo estaba más que bien o, eso creyó después de haber visto a Moonbin recostado al lado del portón. Frunció su entrecejo con confusión ¿Qué estaba pasando?

Aquel alfa que era su mejor amigo, jamás, pero jamás se quedaba fuera de la universidad. JinJin sabía de sobra que no lo esperaba ni nada por el estilo debido a los sofocantes admiradores, tanto omegas como betas, que lo seguían para casi todos lados y, en especial a la hora de entrada, receso y salida. Bueno, casi todo el maldito día.

El pelinegro suspiró y decidió terminar con la poca distancia que lo separaba del otro alfa.

— Buenos días, Moonbin. — saludó medio feliz, el desconcierto aún no lo abandonaba.

— Uh, hola. — dijo levemente, ladeó su cabeza a un lado ya que su mejor amigo estaba frente a él y le interrumpía la vista.

— ¿Y te caíste de la cama o qué?

— ¿Por qué lo dices? — por unos segundos le prestó atención.

— Hey, jamás desde que tengo memoria te he visto aquí parado en la entrada. Ya sabes, por todos los fastidiosos omegas.

— Ah, es por eso. — murmuró.

— ¿Me dirás por qué? — prosiguió ansioso.

— Bueno, yo... — sus ojos se desorbitaron levemente.

JinJin se sorprendió aún más. ¿En serio ese alfa era el mismo que tenía como mejor amigo? ¡Por la diosa luna! Jamás lo había visto tan inseguro con algo como ahora. Solo por una simple pregunta.

El peligris simplemente calló y, Park pudo percibir como el entrecejo de este se arrugó en signo de molestia.

— Vamos. ¿Qué pasa? — preguntó al escuchar que soltó un sonoro gruñido, intentó poner sus manos en los hombros de Moonbin, más este lo empujó quitándolo del camino.

Volteó para ver a dónde se dirigía y oh. ¿Había algo más que dejaría a JinJin incrédulo el día de hoy?

Moonbin ignoró los llamados del pelinegro porque su mirada y concentración se resumía en el precioso omega y el estúpido alfa rubio que lo estaba abrazando.

¿"Quién se cree que es?" — gritó su lobo, removiendo a Moonbin con insistencia.

El animal interno del peligris estaba logrando dominarlo por completo. Y es que siendo su pareja destinada su instinto natural de posesividad salía a flote mucho más rápido.

Eun Woo no era consciente de todo el problema que podía surgir a su alrededor. Él tan solo había visto a Hoseok fuera de su casa, esperándolo para que ambos pudieran venir juntos por esta ocasión. Obviamente nunca se negaría, amaba a su mejor amigo aún si este no era un omega como él.

— Ya, Hoseokie~ — soltó con dulzura. — Se nos hará tarde para llegar a nuestro salón.

— Es que eres demasiado calientito. — el rubio recostó su cabeza en el hombro del omega mientras con ambos brazos seguía rodeando aquel delicado cuerpo.

Eun Woo se sentía cómodo y feliz. Adoraba que Hoseok no sea uno de esos tontos alfas brutos, toscos y posesivos. Aquel rubio rompía contra cualquier estúpido estereotipo y eso hacía que el omega lo admirara cada vez más.

¡Hey tú! — un grito en alta voz de mando hizo que Eun Woo se tensara por completo.

El rubio alzó la mirada y retuvo un gruñido, no quería hacer asustar más al omega.

— Moon, contrólate. — respondió con neutralidad, poniendo el cuerpo de Eun Woo detrás suyo.

El mencionado sí se atrevió a gruñir sonoramente. — ¡No lo toques!

Hoseok no se inmutó, fue fuerte y se abstuvo totalmente de arremeter contra el peligris. Su lobo rasguñaba para atacar ansiosamente al adverso, pero era lo suficientemente maduro como para poder controlar sus instintos. Su prioridad en ese instante era el bienestar de Eun Woo.

— Baja la voz, no tienes el derecho de gritarme.

¡ESTÁS TOCANDO A MI OMEGA!

El castaño se encogió de miedo, queriendo desaparecer en ese mismo instante en el que escuchó aquella voz demasiado potente para sus sensibles oídos. Su lobo se agachó en completa sumisión ante su alfa. Pero Eun Woo, él empezaba a sentirse asfixiado ante el aura tan pesada y cargada de odio.

— No es tu omega. — replicó.

Justo antes de que Moonbin o, mejor dicho la actitud de su lobo golpeara al rubio verdaderamente mal, llegó JinJin a tomarlo de ambos brazos.

— ¡Cálmate! — alzó la voz el pelinegro. — ¡Estás provocando una pelea sin sentido!

Hoseok frunció los labios.

— Será mejor que aprendas a controlar a tu lobo.

Un pequeño sollozo fue percibido por los tres alfas, el rubio volteó a ver a Eun Woo, y en efecto, el precioso castaño tenía los ojos cristalizados. Él nunca en toda su corta vida había presenciado una fuerte discusión entre alfas. O mejor dicho, jamás había visto a un alfa tan brusco como Moonbin.

Lo había idealizado tanto, aún y con las advertencias de Hoseok.

"Al parecer me equivoqué" — Eun Woo estaba tan decepcionado.

Limpio con la manga de su gran polera sus cristalizados ojitos y huyó de ahí. En esos momentos anhelaba estar solo y calmarse ante lo que sea que estaba sintiendo.

— ¡Eun Woo! — gritó el rubio alarmado.

Y ante el llamado, fue como si le mente de Moonbin hiciera clic. Cerró fuertemente sus ojos y evitó el punzante dolor en su cabeza.

— ¿Qué pasó? — preguntó desconcertado, sacudiendo levemente la cabeza.

— ¡Hiciste llorar a Eun Woo! ¡Eso hiciste, bueno para nada! — vociferó el rubio más que enojado.

Habían lastimado al tierno omega y fue detrás de él esperando no ser ignorado.

JinJin al notar más calmado al peligris, decidió soltarlo.

— ¿Qué te ocurre, Moonbin? — le preguntó directamente.

— No lo sé y tampoco quiero averiguarlo.

Grave error.

Moonbin no era consciente de la pequeña lucha interna que tenía con su lobo.

Él, al negarse ante cualquier acercamiento sentimental con cualquier persona, ignoraba también el fuerte llamado de su lobo al querer reclamar y cortejar a su omega.

Aun así, Moon no cedería ante lo que su lobo le pidiera, pero es que también se le era difícil poder controlarlo.

Así como estaba. ¿Generaría más peleas?

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El príncipe y el plebeyo ☆ BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora