💜39: Dejar atrás💜

171 31 3
                                    

💜💜💜

Moonbin recuerda esa noche en la que conversó con su papá sobre aquel alfa. No supo realmente cómo fue que llegaron al tema, pero los pensamientos iban tan arraigados a su cabeza que sentía que en cualquier momento iba a explotar. Solo lo dijo, pidió de sus opiniones, escuchó con atención las sinceras palabras del omega que lo concibió y se desconcertó profundamente cuando de sus labios salió aquello:

«— Lo perdoné hace mucho tiempo atrás. — dijo con voz melancólica. — Lo hice la última vez en que lloré por él y prometí velar por nuestro futuro, mi vida. Él se llevó una parte de mí, pero tú te encargaste de hacerme fuerte, de demostrarle a todos que no era necesario un alfa y un lazo para ser felices.»

Si su papá ya dejó el pasado atrás. ¿Por qué él no podía atreverse hacerlo?

Bastaba con entender que no todo podía ser perfecto, que a pesar de que en un inicio fue muy duro, aprendió a aceptarlo con el transcurso de los días siguientes. No pudo hacer nada por impedir el abandono y tampoco era culpa suya. Y aunque su lobo aullaba lastimado ante los recuerdos, no podía seguir guardando rencor a alguien que simplemente ya no pertenecía a su vida. Porque ese rencor ya no podía tener valor cuando actualmente había personas por las que sí valían la pena luchar por tenerlas a su lado. Era un gran cambio de sentimientos, solo quería a los positivos, a los que les impulsaban a seguir adelante y vivir sin sentirse agobiado. Si se encerraba en ese pasado, en ese tormento tan oscuro, estaría atascado en algo que ya pasó y en el que ya no se encontraba algún remedio.

Por lo que ahora se encontraban ahí, con las manos inquietas dentro de sus bolsillos mientras se dirigía al parque en la que fue citado.

— No te pongas tenso. ¿Si? — animó el omega que estaba enlazado a su brazo. — Estás a nada de poder concluirlo.

Moonbin admiró la pequeña sonrisa que se mostró para él. En cierta parte su corazón estaba en calma por sentir el apoyo de la personita que tanto necesitaba en esos momentos. Sonrió un tanto hipnotizado al recibir un suave beso en los labios.

— No estaré muy lejos de aquí. — le prometió.

Y sinceramente el alfa se sintió agradecido, porque en esas semanas aturdidas, Eun Woo y su papá estuvieron para él. Incluso cuando decidió encarar a su pasado, el omega se encargó de ayudarlo; comunicándose con aquel señor con la tarjeta que recogió aquella tarde en el centro comercial.

La pareja notó que ya estaban muy cerca del punto de encuentro, por lo que se detuvo en frente del alfa. Moonbin soltó un suspiro hondo, tomando las manos de Eun Woo con amor mientras le daba un ósculo casto pero prolongado.

— Llámame y vendré lo más pronto posible. — le habló bajo, siendo su soporte.

El alfa asintió para tomarlo de las mejillas y susurrarle un: — Te quiero. — con profundo sentimiento.

— Te quiero más. — fue lo último que dijo para separarse de Moonbin y dejar que siguiera el camino.

La tarde seguía teniendo un clima ameno y sus pasos continuaron hasta estar un poco lejos de la aglomeración de la gente que disfrutaba de un tranquilo sábado. Se detuvo al reconocer la silueta y no pasó mucho para cuando el mayor percibió el aroma ajeno pero que a la vez sentía tan propio.

— Moonbin... — bisbiseó, conectando su mirada a la que le pertenecía a su hijo. — gracias por venir, yo...

— No tiene porqué agradecerme.

— Sí la hay, pensé que no te volvería a ver. Necesito explicarte lo que pasó.

— ¿Explicaciones? A estas alturas de mi vida no creo que sean necesarias. — no pudo controlarlo, el dolor se acumulaba y se veía obligado a desfogarla. — ¿Por qué ahora? ¿Por qué no volvió al día siguiente del que se fue sin darme sus explicaciones? ¿Por qué esperó tanto? Porque yo creo que si ese día no coincidíamos por accidente, usted seguiría con su vida y yo con la mía. No venga a estropear las cosas.

— Moonbin, todos cometemos errores y sé que el mío fue de los peores. Me cegué, me envolví por lo que sentía, me volví egoísta al conocer a mi pareja destinada. Caí rendido a ella y olvidé lo importante que ya tenía.

— No tenías que apresurarte, si ya no amabas a mi papá pudiste decirlo, debiste ser sincero.

— Lo hice, lo hice el día después que me enlacé.

— Ah, sí, lo recuerdo. Cuando desperté debido a su llanto y noté su cuello rojizo. — sonrió con aire de tristeza. — Me tardé tres años en entender que eso era una marca, una unión de amor sincero.

— Yo quise mucho a tu papá, él me dio la dicha de ser padre por primera vez. Actué mal, pero es que me había enamorado. Y cuando se enamora pierde el sentido de la cordura, cuando tú lo estés, me entenderás...

— Ya encontré a mi omega. — interrumpió. — Y no sabes la inseguridad y el miedo que tuve de sentirme tan descolocado por alguien. De pensar que si yo le entregaba mi corazón como alguna vez mi papá a tí, al día siguiente podían arrebatármelo e irse sin más.

— Mi intención no fue crearte esos miedos, ni lastimarlos.

— Pero lo hiciste, nunca más volviste a pisar esa casa. Mi papá aprendió a sobrellevarlo y a entender que así fue el destino con él, que no podía obligarte a permanecer con nosotros. — le reclamó. — ¿Cuál era la necesidad de huir? Era un niño, solo necesitaba tiempo con mi padre. Y aún si, si se hubieran separado, me bastaba con verte mientras crecía, así sea un o tres días. Pero parece que tampoco lo entendiste.

— Por favor, perdóname. — rogó sin importarle algún tipo de orgullo. — No analicé la situación, me dejé llevar. Es algo complicado de explicar, tuve miedo a que me rechazaras, a que me ignoraras.

— Tu idea no estuvo tan lejana a la realidad, porque sí, el cariño que te tuve se transformó en algo feo, negativo. Pero una vez más, aprendí algo de papá. Y es por él y por mí por lo que estoy aquí, intentando escucharte. Aprendiendo a perdonar.

— ¿Me vas a perdonar? — un brillo de esperanza se posó en sus ojos, la sonrisa que iba a surcarse en su rostro desapareció al escuchar la respuesta.

— Si con eso estará tranquilo, puede entenderlo de esa forma. Yo lo tomaré como una especie de dejar atrás lo que me atormentó por tantos años. De al fin liberarme porque aprendí a seguir y crecer sin su compañía. Y créame que ya no me arrepiento, porque esto solo hizo a mi papá y a mí ser más fuertes. Ya no necesito nada de usted.

— Moonbin, por favor... Soy tu papá.

— Papá es el que cría, no el que engendra. Y para mí, yo solo tengo uno. — sinceró, sin rabia o dolor. Habló con pausa, teniendo calma de que aquello ya estaba terminando. — Vivamos en paz con esto, de todos modos, es pasado y ya lo perdoné. — dijo para que el mayor encontrara el alivio. Para que ambos siguieran con sus vidas.

— No me quiero perder más años, por favor, cachorro. E...estoy prácticamente solo, mi pareja me abandonó hace varios años, dejándome bajo el cuidado de mis otras dos hijas.

El peligris exhaló profundamente, dándose la vuelta para pensar bien lo que diría a continuación cuando ladeo su cabeza hasta la altura de su hombro: — Quizás pueda esperar más años por mí, así como yo lo hice en el comienzo de mi corta vida. Cuídese y cuide a su familia. Ya no hay rencor, quédese tranquilo.

El mayor se fue quebrando de a poco, hipando de a poco. Contuvo la respiración y aceptó las consecuencias de los errores de su pasado. — Cuídate mucho, cachorro. Puedo sentir que eres un alfa del cual tu papá está orgulloso y, si alguna vez necesitas de algo, estaré, te prometo que llegaré para ti.

Moonbin se fue sin decir nada más, se sentía tranquilo. Tal vez en algún tiempo, las heridas cicatrizadas dejarían de verse, para poder mirar esta vez al causante de ellas sin enojo y dolor.

Porque ahora estaba aprendiendo a apreciar a los suyos y ya no había remordimientos del pasado que lo siguieran deteniendo.

💜💜💜

El príncipe y el plebeyo ☆ BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora