Let the light in. ★彡 [Mclennon]

Capitulo 2. ☆

Narra Paul.

Relajé mis músculos en cuanto escuché la campana sonar indicando que era la hora del receso, tomé mis cosas y salí del salón, la verdad era que el no haber desayunado en casa ya estaba teniendo efecto.

Antes de salir, quise despedirme de la maestra Anna, pero me detuve al ver que estaba coqueteando con Lennon mientras resolvían juntos el examen.

Qué mierda.

—Paul. —me habló George mientras caminaba a mi lado directo al jardín principal del colegio—. El director me pidió orientar al nuevo profesor de Música Contemporánea, así que supongo que estaré ocupado todo el receso ¿Estarás bien? —preguntó con un tono de preocupación.

¿Qué si iba a estar bien? PUES CLARO QUE NO. Realmente odiaba comer escondido cuándo George no estaba cerca mío.

—Sí, no te preocupes por mí. Iré a comer a un lado más alejado. —traté de sonar convincente, y al parecer fue lo suficiente para que George asintiera y empezara a dar la media vuelta perdiéndose entre los inmensos pasillos del colegio.

Me dirigí hacia los primeros baños que logré divisar, no me encantaba la idea de comer mi sándwich de mantequilla de maní en aquel lugar. Las paredes solían estar sucias, los lavabos con manchas extrañas, las puertas cerraban con dificultad, y uno que otro condón se apreciaba en el bote de basura.

Maldito baño de hombres. Maldije internamente.

Antes de que pudiera entrar sentí un gran peso en mi hombro izquierdo, un movimiento tan brusco que logró azotarme contra la pared.

—¿A dónde crees que vas cabeza de coco? —preguntó aquella ronca voz conocida.

Era Pete Shotton y sus amigos Stuart Sutcliffe,
y Ringo Starr. Eran los chicos que más solían venir a molestarme, a veces solían quitarme dinero, otras rompían mis cuadernos, o simplemente me empujaban sumado con un golpe en alguna parte de mi cuerpo.

—Voy al baño, ¿No estás viendo? —dije viéndolo directamente a los ojos.

Se logró escuchar un extenso "Uhhhh" saliendo de la boca de sus amigos.

—Con que le salieron pelos al coco. —dijo Stuart.

—Escúchame bien pedazo de mierda, vuelves a contestarme y juro que no tendrás todos los dientes para repetirlo. —sentenció Pete, sentía su aliento a centímetros escasos de mi rostro, lo cual me provocó un pequeño escalofrío.

No logré decir nada, simplemente me quedé quieto, cerré los ojos fuertemente esperando un golpe que jamás llegó.

—Ya vámonos, Pete. —Escuché la voz de Ringo hablando—. Sólo pídele su jodido dinero y vámonos, esto está comenzando a darme lástima.

—La cartera, ahora. —demandó Pete de inmediato, alejándose de mí y extendiendo su mano hacia mi dirección.

Odiaba sentirme vulnerable, es por eso que odié cuando abrí mis ojos y encontré a mis manos temblorosas buscando mi cartera en los agujeros de mi mochila, le di todo lo que tenía, sumado el sándwich que Stuart al verlo lo pidió instantáneamente.

Entre burlas y comentarios, fueron perdiéndose de mi vista, mientras yo me quedaba completamente solo en aquel repugnante baño.

Estaba molesto.

Molesto por haber dejado que tomaran mis cosas, molesto con el nuevo maestro por alejar a mi amigo, molesto con el jodido zapato de la mañana.

Solté un bufido mientras me senté en la tapa del baño, cerré la puerta con seguro y esperé a que el receso terminara.