Veinte Pelea

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Veinte

Pelea

El Profeta. TRES MIEMBROS DEL WIZENGAMOT CÓMPLICES DEL AUROR LEWIS.

Ver también: AUROR LEWIS SOSPECHOSO DE RETENER BAJO IMPERIO AL MINISTRO DE MAGIA.

Ver también: SE ELIGE MINISTRO PROVISORIO

Ese día, la fotografía de Lewis aparecía no sólo en el periodico, sino en todas las revistas y gacetas del mundo mágico.

***

Rose sacó un momento sus ojos de sus libros y miró alrededor de la mesa del Gran Comedor. Era el desayuno, el momento más importante del día. Tenía que comer bien para que le fuera bien en sus exámenes. Sin embargo, allí estaba, desconcentrada. En primer lugar, era por culpa de James que reía a boca abierta por algo que Louis estaba diciéndole. No sabía qué, porque juraría que no lo había escuchado hablar para nada. Su mirada se fue a la puerta del Gran Comedor, Scorpius venía entrando con Albus. Los saludó con lo que consideró una sonrisa estable para la época en la que estaban. Además, hoy Scorpius parecía mejor que ayer, tenía más color y sonreía un poco más.

Bien, se dijo la chica.

Entonces ¿qué la distrajo así?

Inspeccionó la mesa una vez más. Notó la ausencia de inmediato. Henrietta Jones no estaba. Seguro estaría en la enfermería, la pobre. No solo con esa sangre contaminada heredada, sino que estaba hecha una manija de nervios desde el accidente con Scorpius. Decidiendo que ese no era su asunto, bajó la mirada a su libro y siguió estudiando los nombres de los Duendes más importantes para su examen de Historia de la Magia. Entonces, algo hizo clic en su cabeza. Levantó la mirada otra vez.

¿Hoy no hay Luna llena? Entonces, ¿Los rumores eran ciertos?

Si fuera así, no diría nada. Su madre era partícipe de quienes eran hombres y mujeres lobos. Para ella tenían los mismos derechos y debían ser libres de prejuicios. Aunque Henrietta hubiera perdido su respeto como persona, no la juzgaría.

Un golpe sobre la mesa la sacó de sus pensamientos. Era su primo James. Parecía enfadado.

—Maldito capullo —lo escuchó murmurar.

Rose pensó que estaba loco. ¿Serían las hormonas? Negó y se concentró en seguir estudiando.

***

El Patronus entró a la oficina donde estaba Harry, leyendo un montón de informes que los aurores dejaron durante la noche.

—Lo tenemos, Harry... —dijo, seguido luego por unas coordenadas.

De inmediato, llamó a su equipo de emergencia. Algunos Aurores se habían unido y ahora contaban con más gente. El Ministro provisorio les dio luz verde a todas sus ideas y movimientos, por lo que solo agitó su varita y mandó un memorándum.

Con suerte, habrían encontrado al Ministro. Solo ocurrió un problema. Otro Patronus entró a la sala. Esta vez, un lobo pequeño.

—Teddy

—Harry, hay movimientos en el oeste. No quise moverme, pero un grupo con pañuelos verdes se mueve en dirección a Malfoy Manor.

—Mierda.

¿Atacarían a Malfoy?

Harry mandó un Patronus para Malfoy. Su prioridad ahora era el Ministro. Su ciervo salió galopando, con luz verde para un fidelius, algo prohibido para marcados. Hasta ahora. Luego, redactó el documento, lo mandaría con Kreacher luego de que el Ministro provisional lo firmara. Aclaraba en dicho documento que duraría tanto como este Ministro. Por suerte, el Ministro no se opuso. Luego, llamó a Kreacher, feliz de poder ver a un Black, y salió en su encuentro con Ron.

El Legado de Potter #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora