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Días después
Scarlett
Estoy más sola que nunca.
Iker desapareció, no a venido a casa en estos días, el departamento se siento frío Malu vino pero tuvo que irse porque ella tiene novio y pues no se puede olvidar de él de un día para otro.
Iker si se olvido de mi de un día para otro.
Pero es mejor haci, no quiero verlo aún sigo molesta por lo de Lulú. Miro hacia mi habitación y veo el corazón de metal ya no está cálido esta frío.
El frío empieza a entrar por las ventanas y las comienzo a cerrar no quiero repetir el mismo error, camino la ventana de la sala estuve apunto de bajarla pero la toman.
Miró hacia afuera y me encuentro cara a cara con Iker.
—Te extrañe —toma mi cara y me besa.
Me hace entrar a mi casa y cierra la ventana rodea mi cintura con sus brazos y me aprieta junto a su cuerpo.
No puedo evitar seguirle el beso, realmente lo extrañe aunque esté molesta con el no puedo evitar sentir algo por el.
—¿Donde estabas? —preguntó.
—Por hay —musita— Quería darte tu tiempo ¿sigues molesta?
—Un poco —respondo.
—¿Quieres que me valla? O quieres que me quede aquí contigo? —ladeo la cabeza.
—No se —alzó los hombros y los deja caer.
—Entonces me quedó —me toma en sus brazos.
Rodeo su cintura con mis piernas y me lleva hacia la cama, me quita la ropa mientras me besa, termina de quitarme hasta la última prenda de ropa, me da la vuelta y le doy la espalda.
Alza mi trasero y baja mi torso, se quita la ropa apoya sus rodillas en la cama siento como roza su glande con mi clitoris y mi músculos se relajan, apoyo mi cara en la almohada.
Y el entra en mi cama, suelto un par de jadeos Iker acaricia mi trasero y me nalgueado muy fuerte.
—Ay! —grito al sentir un par de nalgadas fuertes.
Sus estocadas son fuertes y duras dejó salir cada gemidos, el placer es intenso me gusta sentir como sale y entra pero no me hará llegar, paseo mi mano hasta mi clitoris y lo estimulo un poco.
Escucha jadeos de Iker a mis espaldas pero mis gemidos lo cubren todo, la habitación se llena de gemidos, jadeos y del choque de nuestras pieles.
—Scarlett —dice Iker.
—Si.. —jadeo.
—Me gusta hacer esto contigo —gruñe.
Aprieta mi trasero y sigue follandome, muerdo la almohada al sentir como se viene bruscamente dentro de mi, Iker me suelta y caiga rendida en la cama.
