Almas que resuenan

12 1 0
                                    

Uno más y a dormir. Se dice Sofía, ahora con veintiocho años, mientras se ceba un mate lavado porque olvidó cambiar la yerba. Cuando dibuja en la computadora, se olvida de todo. Es delgada porque olvida comer. Su dieta se basa en el mate. Su sueño es irregular porque pasa mucho tiempo frente a la computadora dibujando por encargo o simplemente por pasión. Su otra pasión es leer, aunque lo hace con libros físicos para descansar la vista de la pantalla. Sus lentes ya piden cambio. Tanto la graduación, antigua ya, como los marcos, maltratados por dormirse varias veces con los lentes puestos, piden reemplazo pronto. Hay dinero para cambiarlos, aunque no tiempo.

Sin embargo, aunque su trabajo la apasiona, desea dos cosas: una de ellas es ilustrar para un libro que refleje su alma y la otra es hacer sus propios libros ilustrados donde expresa sus sentimientos. Ama a Frida Khalo y su valentía no solo en la vida sino también al momento de expresar su interior por medio de dibujos autorreferenciales. ¿Podría ella realmente atreverse a poner al desnudo todo lo que le pasa interiormente?

Mientras mira las redes a modo de recreación, ve una publicación que cuenta la sinopsis de una novela en Wattpad. Se ve distinta de las que ella ha leído u oído criticar así que decide entrar a leerla y... simplemente no puede parar. ¡Rayos! Siempre se promete no leer de la pantalla para el bien de su vista, pero no logra cumplir. Esa noche se va a dormir tarde, como siempre, pero luego se levanta temprano para seguir leyendo. Se lleva el celular al baño, lo lee mientras espera el bus para ir al oftalmólogo a que le diga lo que ya sabe, lo lee en el colectivo a riesgo de pasarse la para...

¡Oh, no! ¡La parada! Se le acaban de pasar dos y ahora está jugada con el tiempo. Y, para peor, no puede dejar de leer. De hecho, mientras lo hace, camina sin mirar al frente. En eso, se choca con un joven que también utiliza lentes y que lleva cabello largo ondulado.

- 'Perdón. – se disculpa ella distraídamente mientras avanza.

- Esperá. – dice él.

- No puedo, llego tarde al turno con el oculista.

- Está bien. Disculpá. No llegues tarde.

¿Qué querría ese joven? No importaba. Tal vez, era solo un chico con apariencia bohemia pero insípido por dentro, como todos los que le escriben por las redes ignorando totalmente su talento. Ya no importa. Sofía sueña con conocer a su gran amor, pero no se reconoce con esos talentos especiales para reconocer a su compañero de vidas anteriores, ni ningún tipo de don que la ayude a encontrar al hombre que su alma anhela. Sabe que es joven en los tiempos que corren, pero también siente que no quiere perder el tiempo con parejas que le traigan más obstáculos de los que les quiten. Ya salió con un drogadicto, un gamer, un otaku, un tipo mayor, un chico apenas salido de la secundaria y también con uno con exceso de peso que pasaba más tiempo quejándose de su apariencia que planificando una vida mejor. Sofía quería crecer, pero todas sus parejas parecían estancadas en sus problemas y con pocas intenciones de buscar ayuda profesional o, al menos, espiritual. Sus amigas le dicen que siempre sale con puros narcisistas que solo quieren frenarla y no se proyectan con ella realmente. No va a perder el tiempo con otro amante de "la vie bohéme".

Llega al consultorio del oftalmólogo. Llega tarde, pero igualmente su turno sacado con anticipación no llegó. Hay muchos pacientes antes que ella, así que la artista lectora decide seguir con su lectura hasta que la llamen. De pronto, la historia se termina y ella se queda sin nada más que hacer hasta que llegara su turno. Frustrada y aburrida, se puso a pensar en qué iba a hacer apenas regresara a su casa. Aparte de prepararse un almuerzo veloz y de escasa preparación, no se le ocurre nada más que hacer una ilustración de lo que leyó. Le gustaría crear la portada de esa historia si se hiciese libro. Animada por esta loca ilusión, comenta un posteo de la autora en Instagram (la que la llevó a leer la novela), y luego decide comentar y puntuar cada capítulo que ya leyó. Ve que no muchos han participado. ¿Cómo puede la gente leer y no interactuar con lo que lee? Ella hasta se enamora de los protagonistas de todas las novelas ya sean románticas o no.

ExperimentalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora