Pérdida en tí (Lionel Scaloni)

Capitulo 1: Adios

Noviembre 1992

-Hele??- Escuché que me hablaban, me di vuelta y me encontré con esos ojos que tanto me encandilaban por su color miel, pero hoy no brillaban por sí solos, esos ojitos lindos brillaban por las lagrimas que salían. Me apenaba más saber que era yo la causante de esa tristeza- ya te vas??-

No quería contestar, no podía hacerlo, no me salían las palabras. Lo único que hice fue abrazarlo, abrazarlo como nunca antes lo había hecho, abrazarlo como si fuera la última vez, porque, quiera o no, seguramente lo sea...

-Te amo Li, ya lo sabes, cuando seamos grandes prométeme que me vas a buscar y que nunca te vas a olvidar de mi - Las lágrimas hacían su trabajo, no paraban de salir. No quería que todo terminara, no con él. Odiaba vivir en Pujato, siempre pensé que me faltaba actividad, pero lo que hacía lindo el pueblo, era él. Lío hacía que cualquier lugar que el pisara sea perfecto nada más por la belleza que el transmitía.

-Ni hoy, ni mañana, ni nunca te voy a olvidar, nadie te puede reemplazar amor. Cuando consiga el dinero voy a ir directo a buscarte y recuperarte- Noté que buscaba algo de su bolsillo y que sacaba un hilo rojo - La leyenda dice que el hijo rojo conecta a aquellos quienes están destinados. Puede tensarse, pero nunca se rompe - Todo esto me lo decía mientras pasaba ese hilo por mi muñeca izquierda sabiendo que yo soy diestra simplemente para quedarse seguro que no iba a tomar muchos riesgos - Este hilo nos va a conectar siempre, cuando nos necesitemos el uno al otro, simplemente con ver el hilo nos vamos a sentir juntos-.

-Te amo Li, no te quiero dejar- no podía parar de abrazarlo mientras lloraba

-No estés mal linda, nos vamos a encontrar, nosotros estamos destinados a estar juntos, sin importar cuanta gente pase por nuestras vidas, el tiempo es nuestro enemigo en estos momentos, pero te juro que te voy a encontrar. Si no es en esta vida, en la próxima soy sólo tuyo- Me hacía mimos en el pelo y me dejo ir, me soltó, logró hacer lo que yo no podía. Me miro directo a los ojos, me plantó un beso en la frente y me soltó la mano, la única mano que encajaba perfectamente con la mía.

-Helena, nos tenemos que ir- Escuche la voz de mi papá pronunciando las únicas palabras que no quería escuchar.

-Ya voy pa- Él nos dejó solos y se subió - Decile a Pablito que cuando lo llamen de Europa me llame, yo lo recibo con los brazos abiertos- Dije mientras todos mis recuerdos con el cordobés pasaban como una película en mi cabeza.

-Hele... tu papá... - No pudo seguir hablando, simplemente me agarro de la cintura y me planto un beso en los labios. Nos separamos por falta de aire, pero nunca me soltó. - Te amo Helena, hasta que nos encontremos voy a pensar en vos.

Y me soltó

Y volví a sentir frío

Y lo vi desaparecer a medida que mi auto avanzaba.

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