Capitulo 20: Lionel

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Vi el departamento y me enamoré. Era blanco con un piso de madera y tres ambientes con dos baños, perfecto para mi. Ubicado en Belgrano, muy cerca del estadio de River. Si subías al techo del edificio podías ver el estadio y si enfocabas la vista se llegaba a ver la pantalla. Termine de ver todo y llame a Lio para que me buscara.

-Y? Como te fue? Te lo quedas?- Me pregunto al subir al auto luego de saludarme con un beso en la mejilla

-Me enamoré. Esta hecho para mi. Es perfecto-

-Como yo para vos...- Apenas lo escuché. Un tono muy bajo, casi inaudible

-Que cosa?- Pregunté para chequear

-Nada, olvídate, estaba pensando en voz alta nada más- Y quedamos en silencio por gran parte del viaje mientras se reproducían canciones de mi playlist nuevamente ya que el bluetooth de mi celular ya estaba conectado al del auto de Lío. "El amor" de Ricardo Arjona sonaba por todo el auto. Vi a Lio sacudir la cabeza mientras escuchaba la letra

"El amor casi siempre es mejor cuando está en otra parte
Luce bien en novelas que venden finales perfectos
No te vayas amor que aunque duelas no quiero dejarte ir"

-Que oportuno... ¿Podes cambiarla?- Me dijo con un tono de voz el cual remarcaba su tristeza

-Pongo una más pum para arriba. Cuidado con esta eeh. Agarra bien fuerte el volante porque te volves loco- Y toque la pantalla de mi celular para dejar que La Melodía de Dios se reprodujera. No dude en subirle al máximo el volumen. Lio estaba muy bajón y quería ayudarlo.

-Hoy no estoy de humor Helu-

-Daale, no podes ser tan amargo. Pareces hincha de San Lorenzo- Lo vi fijo a los ojos para ver si entendía la referencia que le estaba haciendo a cuando nos besamos la primera vez. Él me miró sorprendido y sonrió un poco.

-Esa frase la uso siempre que puedo y me trae muy buenos recuerdos - Habló con un tono nostálgico

-A mi también. Éramos felices y no lo sabíamos. Doy lo que sea por volver-

-Te juro que yo también-

Volvimos al silencio y las canciones. Notaba muy pensativo a Lio, de pedo prestaba atención a la ruta.

-Que pensas?- Pregunté

-Que estoy totalmente enamorado de vos- Dijo sin rodeos

-Li...-

-Nono, no digas nada, déjalo así. Solo quería que te quedara bien en claro que vos vas a ser la única mujer en mi vida- Llegamos a nuestro departamento y Lio se fue

-A dónde vas?-

-A acostumbrarme a estar solo- Y se fue sin decir nada más. Dejándome con las preguntas en la boca

Volvió y no dijo nada. Entró en silencio y  mirando para abajo cual perro mojado

-Lionel que te pasa? Decime que te quiero ayudar-

-No puedo estar de malhumor un día?-

-Es solo eso?-

-No puedo entender como es que si sos el amor de mi vida, te estás yendo así nomas y yo, que se supone que te amo, no estoy haciendo nada para no dejarte ir-

-Capaz no soy el amor de tu vida...-

-Como vas a decir semejante pelotudes?-

-Siento que estás muy seguro sobre algo que no podes confirmar- Me agarro la mano y puso mi mano en su pecho y se quedó un par de segundos en silencio

-Lo sentis?? Así de rápido late mi corazón cuando estoy con vos. Si hago lo mismo con cualquier otra persona late más lento. No hace falta que nadie me confirme algo sobre lo que ya estoy seguro. Es lo que siento-

-Lionel sos un exagerado. Podes dejar de ser tan egoísta y pensar en mi? Parece que solo pensas en vos y que vas a perder al amor de tu vida- Hice comillas en el aire para la última frase- Te digo que estamos haciendo esto para sanar cada uno por su lado y te pones bajón todo el día. Por estas cosas nos estamos separando Sebastián-

-Ya se, ya se. No me entiendo ni a mi mismo ni porque estoy reaccionando así. Escúchame, esta bien. Necesitaba mi tiempo y ya lo tomé. Ya esta. Me la agarro con vos y no tenes nada que ver, los culpables de lo que estoy sintiendo son mis penas. Estas haciendo lo que te parece que te va a sanar. Perdóname por ser un pelotudo, me sale así- Sentia su voz quebrarse y sus ojos humedecerse. Estaba actuando como un nene, pero no me gustaba verlo así.

-Veni acá- Lo agarre de la mano y lo tire hacia mi cuerpo para abrazarlo. Sus manos apoyadas a mi cintura me daban electricidad. Ese perfume que siempre usaba me estaba torturando. Su boca pegadas a mi cuello me estaban tentando. Su pecho en mi pecho me estaba invitando a tocar por debajo de su típica camiseta deportiva de la AFA que nunca se sacaba. Me separé un poco para verlo a los ojos, esos ojos que tanto amaba, color carmesí que siempre brillaban cuando me veían, esos ojos que desde el momento uno me dijeron que me amaban. Él entendió todo y también se separó un poco para verme fijo.

-Perdon... perdón- Intentó salirse pero lo agarre de la nuca y lo acerque a mis labios. Me di cuenta de lo agrio y secos que estaban cuando su dulzura y humedad se posaron en ellos. La situación fue subiendo de nivel, Lio me agarro de la cintura y me alzo para que yo pudiera enredar mis piernas en su cadera. Sentí su cuerpo moverse hasta llegar a una pared y apoyarme en ella. Esa noche aquella decisión tomada hacia un par de días se desvaneció. No podía quitar de mi vida a la persona que me había dado las ganas de vivirla. Lio no era uno más, él era el dueño de mi corazón. No podía negar lo que sentía solo por no vernos, íbamos a salir adelante.  Entendí que el amor verdadero solo crece con el tiempo. Había escuchado antes que amar significa confiar en la conexión que tenes con esa persona, con Lio había entendido que era así. Lo que yo sentía por él era más profundo que el océano e infinito como el universo.

Pérdida en tí (Lionel Scaloni)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora