Cinco sentidos que estimular.
Cuatro puntos de vista.
Tres años hasta el inicio.
Dos parejas.
Una amistad.
Y una historia.
¿Qué pasaría si una serpiente y una tejona se vuelven mejores amigas?
¿Qué pasaría si una tejona se obsesiona con un león p...
—Te juro por mi vida que odio mi existencia, es triste y vergonzosa. ¿Por qué todo me pasa a mí? —dramaticé.—
Lo cierto es que mi vida sí era un camino de vergüenza completa y absoluta. Mira que había espacio de sobra para que pasara la dichosa bludger, pero no, me tenía que dar a mí para que yo hiciera el completo ridículo delante de George.
Había despertado en la enfermería un par de horas más tarde, con un brazo roto y un chichón del tamaño de una pelota de tenis en la cabeza. Como siempre Madame Pomfrey fue super atenta y me dio una poción para que mis huesos se soldaran más rápido. Tendría que tomarla durante un par de semanas hasta que mi brazo se recuperara por completo.
Por supuesto, mi mejor amiga se quedó a mi lado única y exclusivamente por tener una excusa para no hacer los deberes y faltar a clases, pero al menos me hizo compañía. Por suerte para mí, no tuve que quedarme en la enfermería durante mucho tiempo más. Solo pasé la noche y la mañana siguiente allí, con Audrey a mi cuidado.
Por supuesto Audrey venía conmigo a todos lados y me ayudaba en las pocas cosas que no podía hacer por culpa del brazo roto; que menos mal que fue el brazo izquierdo, ya que soy diestra. En ese momento estábamos en mi cuarto junto a Blaise, y hablábamos de mi accidente y mi breve tiempo inconsciente en la enfermería.
—Lo cierto es que no lo sé. —respondió divertida Audrey.—
—Claro, como a ti mi desgracia te beneficia... —le recriminé.—
—Sí, tía. ¿Te he contado ya que hablé con Oliver mientras tú estabas inconsciente?—cuestionó divertida.—
—Sí, como unas quinientas veces. —respondió Blaise por mí.—
—Bueno, pues lo escuchas otra vez. —contestó Audrey con rapidez.— Vino a preguntar por ti, y se puso a hablar conmigo para que le contara cómo estabas.
—Lo sé, y luego te quedaste coqueteando con él. —terminé yo mientras rodaba los ojos.— Yo sufro y tú te saltas clases y coqueteas con tu enamorado. —hablé con cierto disgusto.— ¡Y yo haciendo el ridículo delante del mío! Joder, qué vergüenza.
—No seas dramática, tampoco es para tanto. —me aseguró mi mejor amiga restándole importancia al asunto.—
—¡Sí es para tanto! Rodé escaleras abajo delante de George por una puta pelota y encima me desmayé. ¡Estaba toda sucia y fea! ¡Y él me vio así!
—Bueno, tapón, no esperarás caer como caíste y acabar en el suelo posando como supermodelo y oliendo a rosas. —ironizó Blaise con una pequeña sonrisa.—
—¿Olía mal? —entré en pánico.—¡Por si fuera poco, encima olía mal! Va a pensar que soy una cerda.
—Bueno, eso no es tan importante. —comenzó Audrey restándole importancia al asunto.— Volviendo al tema, Oliver me ha vuelto a hablar hoy.
Y así Audrey empezó a parlotear sobre Wood sin parar mientras Blaise y yo la escuchábamos y nos burlábamos de ella de vez en cuando.
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