Morirò da Re (Draco Malfoy x Audrey) (George Weasley x Marlene)

Capítulo 8

Narra Audrey: 

          A la hora de la cena, Marlene vino a sentarse junto a Blaise y a mí en nuestra mesa. Y nos estaba contando emocionada acerca de su día con George en Hogsmeade mientras Blaise comía y yo la instaba a seguir contándome el chisme. 

—Por cierto, ¿cómo conseguiste dejarnos solos en un carruaje? —me preguntó intrigada.—

—Ginny y Hermione me ayudaron. —respondí con simpleza.— Pero vamos, fue una decisión pésima. Mientras tú te besuqueabas con tu novio yo estaba sufriendo un calvario. 

—No nos besábamos, ni tampoco es mi novio. —se quejó Marlene mientras enrojecía a lo que Blaise se rió de ella.— 

—Lo que sea. —le resté importancia.— Por tu culpa... —comencé, pero fui cortada por la voz de Dumbledore.— 

—Queridos alumnos, debido al problema con la señora gorda, todos los alumnos dormiréis en el gran comedor mientras nos encargamos de revisar el castillo. —explicó el profesor.—No hay necesidad de alarmarse, para mañana ya estará arreglado todo. A todos se os otorgará un saco de dormir con almohada al entrar al gran comedor. Podéis seguir con la cena. 

          Blaise, Marlene y yo nos miramos confundidos, ¿qué había pasado? Cada quien estaba creando sus teorías en la mente.

—¿Qué habrá pasado? —preguntó Marlene curiosa.— 

—Pues ni idea. —respondió Blaise.— 

—Tiene que ver con Gryffindor, ¿no? La señora gorda pertenece al cuadro de entrada a su casa. —hablé.— 

—Pues entonces Harry tiene que saber qué pasa. —verbalizó mis pensamientos la pelinegra.— 

—Efectivamente, seguro que tiene que ver con Potter, él está metido siempre en todos los fregados. —aseguré divertida.— 

—¿Pues a qué esperamos? —cuestionó Marlene.— 

          Nos levantamos de la mesa como si nuestra vida dependiera de ello y fuimos a buscar a Harry, que estaba sentado en su mesa con Hermione y Ron frente a él. Marlene tomó asiento junto a él y yo aparté al chico a su otro lado para tomar su lugar.

—Hola, Potter. —lo saludé. Éste y sus amigos nos observaron extrañados.— 

—¿Por casualidad no sabrás lo que ha pasado con la señora gorda? —preguntó mi amiga sacando todos sus encantos.— 

—¿De verdad no os habéis enterado? —preguntó Hermione, a lo que los tres negamos con la cabeza.— La dama gorda ha visto a Sirius Black. —Marlene y yo nos miramos confundidas.— 

—Así que quieren ver si sigue aquí o no. —hablé. A lo que Hermione asintió.— Guay, fiesta de pijamas con asesino en serie suelto. —ironicé.— 

—Pero ¿por qué querría entrar en el castillo? —cuestionó la pelinegra algo confundida. A lo que Potter, Granger y Weasley se miraron entre ellos.—

—¿Quién sabe? —comentó Harry encogiéndose de hombros.—

—Bueno, pues nosotras nos vamos. —hablé.— 

—Bye. —se despidió Marlene mientras las dos nos levantábamos para irnos.—