~CAPÍTULO 5~

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Este cap está dedicado a mi linda  annette-_-

Advertencia: Este capítulo contiene contenido+18, así que si no te gusta ese tipo de contenido recomiendo faltarte la última parte.

Espero les guste.

Los quiero conejillos.



Elena Novikov

—Chicos— Mostre al perro haciendo que todos sonrieran, el pequeño luchaba por dar vueltas en mis brazos — Les presento a el nuevo integrante de la familia.

Todos esperaron pacientemente a que siguiera hablando.

—Kaiser— sonreí cuando note lo mucho que le gustaba su nombre el pequeño que llevaba en brazos.

—Kaiser— mi padre saboreó el nombre de mi nuevo acompañante— me gusta.

—¿Por qué Kaiser?— preguntó con curiosidad mi tía Ania.

—Kaiser representa el nombre que se les otorga a los emperadores alemanes— expliqué emocionada— Kaiser proviene de César, que es emperador en latín. Esta palabra fue tomada por los alemanes en relación por César Augusto. Recuerden que Hitler...

—Elena omite la clase de historia y ve al punto— se quejó mi tío Alexey.

Lo mire indignada por la interrupción y después de bajar al pequeño cachorro al piso me crucé de brazos.

—Kaiser significa emperador— comenté mirando resentida a mi tío— Y tomando en cuenta que mi perro es un doberman, tiene un porte de dominante y algún ser supremo.

—Solo es un cachorro— se burló Lev.

—Pues yo le veo cara de emperador así que por eso se llama Kaiser— terminé un poco molesta.

Mi padre soltó una pequeña carcajada, llamando la atención del perro. Kaiser corrió a su sitio y comenzó a ladrarle de manera eufórica.

—Creo que quiere que lo cargues tío— murmuró Ama con una sonrisa.

Mi padre tras dudarlo unos minutos lo tomó en sus brazos y lo puso en su regazo, dándole pequeñas palmadas en la cabeza.

—Esto es incomodo— mi padre nos miró a todos.

Bueno, es entendible, todos lo estábamos mirando a la espera de alguna demostración de afecto hacia Kaiser pero por lo que veo mi padre no piensa dársela.

—Tenías que ver cómo fue con Andrey— se burló Lev— al principio lo trataba como si fuese algún ser oscuro.

—¡Eso no es cierto!— se defendió Alek inmediatamente— Solo que no sabía cómo tratar a un niño pequeño después de tanto tiempo.

Sonreí encantada viéndolos pelear.

«Como en los viejos tiempos»

—Buenos familia— Alessandra nos miró con una sonrisa— tengo algunas cosas que hacer en la ciudad así que nos vemos en unos dos días.

Todos asentimos y ella fue por una pequeña maleta que estaba en el pasillo, se acercó a Andrey y lo abrazó con fuerza.

—Te voy a extrañar mi niño— le dió un beso y se lo entregó a mi tía Ania— Cuida a mi hijo por favor.

—¿Por qué no lo llevas contigo?— preguntó Amalia con curiosidad.

—Será más rápido si no lo llevo conmigo— respondió son simpleza.

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