Prefacio

30 10 0
                                    

Giré un poco mi cabeza y mirando sobre mi hombro pude ver a alguien acercarse, alguien que ya conocía, una media sonrisa se formo en mis labios volviendo mi vista al frente, al paisaje que pese a la densa oscuridad se apreciaba inigualable.

—No hace falta decir algo, ya nos conocemos ¿o me equivocó? —sentí un frío espeluznante total recorrer por todo mi cuerpo que mi cabello se sacudió y no era precisamente por el viento que hacía en ese momento, ignoré la sensación acostumbrada a las formas de ese ser. No respondió. —Si vienes por lo que creo, recuerda que ganas porque así lo quiero... me ganas una vez más solo porque me dejo.

—No te recordaba tan sentimental —un sollozo salió de mi garganta sin que lo pudiera evitar, no permití que las lágrimas también lo hicieran.

—Yo no recordaba que hablarás tanto —el silencio que se formó por los siguientes minutos fue lo único que inundo esa azotea, tantos recuerdos regresaban y pasaban en ese momento que era difícil concentrarse en solo uno, es como un cortometraje que pasa rápido sin tener la menor intención de detenerse. Vi como se acercaba y volví a hablar, no podía ver su cara, nunca me había atrevido a hacerlo.

—Es como recibir a una vieja amiga —susurré perdiendo la vista en unos pájaros que volaban llevando con ellos una maravillosa melodía que parecía haber sido ensayada antes de alzar el vuelo, por lo coordinada que era.

—¿Cuando terminara eso?

—No se de que hablas —su voz parecía que derramaba hielo, yo sabía que no lo hacía.

—Esto —hice un círculo en el aire con mis manos entre nosotros. Silencio. —¿Aún no he saldado esa deuda? —pregunté sin girarme, escuché como suspiraba pesadamente.
—Supongo que no.

—Enserio espero no volver a encontrarme contigo nunca más, no quiero que me sigas arruinando la vida y todo lo que hago con ella —sin esperar mucho, salté de aquella barra que se encontraba ahí, directo al vacío. El frío de la noche me abrazo y la luz de la luna me guió en ese oscuro camino.

Destinados a serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora