Cuando siento que el aire me falta camino despacio hacia mi habitación, sin querer hacer notar como realmente me siento. Todo fue difícil y no salió como pensé que saldría.
Al estar dentro observo todo con tristeza y opto por cerrar la puerta dejándome caer al instante respirando con pesadez, permitiendo que las lágrimas sigan mojando todo mi rostro, sintiendo como los pulmones se encogen al tamaño de una pasa dentro de mi.
—Respira, vamos —me obligo a entender mis propias palabras. —Respira, lento.
Si continuas así harás que se cierren tus pulmones.
Silencia tu voz. Silencia tu voz.
Tengo que dejar de llorar y concentrarme en respirar, no quiero armar una escena aquí y hacer sentir peor a mi papá y a Claire.
Tómalo con calma en serio o empieza a gritar, me estas haciendo fallar.
Tú... solo cierra tu boca, silencia tu voz, silencia tu voz.
—Solo... —comienzo con dificultad. —Silencia tu voz y ayudame a respirar.
Respira, respira, despacio. Inhala, inhala y exhala. Inhala, inhala y exhala. Repito eso varias veces por varios minutos, minutos en los que agradezco que nadie haya venido a tocar la puerta o interrumpir la calma que logro alcanzar.
Las lágrimas pujan por salir pero me obligo a mantenerlas bien encerradas y concentrarme en respirar bien.
El miedo suele consumir, suele quemar, arrastrar y llevar hasta la última voluntad y esperanza de un alma, no les deja pensar y solo les hace reaccionar sea para bien o para mal. El miedo es algo que vive dentro de nosotros, cada persona tiene un poco o mucho de eso, y es lo más importante de cada uno porque sin el nunca nos atreveríamos a ser valientes, no lo suficiente, no para afrontar esas cosas a la que tanto tememos.
Es ese miedo el que siento cada vez que miento, cada vez que digo que estaré bien, cada vez que digo que estaré feliz al morir pero en realidad me da pavor desaparecer. No quiero desaparecer, no ahora, no así.
¿Cuándo? ¿Cuándo quieres morir? No puedes elegir fecha solo puedes adaptarte a lo que te dijo ella.
La muerte no me agrada pero cuando llegue solo podre tomar su mano y caminar a su lado. Y silencia tu voz... por favor.
No sé cuanto tiempo paso así, respirando despacio, calmando mi llanto, solo sé que cuando dejo que mi mente encuentre sosiego a mis párpados los siento pesados, como dos grandes losas que están listas para caer y cerrar por completo mis ojos.
Y permito que eso suceda, permito que el sueño me lleve, me arrulle y me acueste.
Dejo que me arrastre por completo a la inconsciencia cuando empiezo a sentir el punzante dolor en mis piernas, creo que ha sido mucho por hoy y eso que recién iniciaba la mañana. Solo me dejo llevar sin el miedo de que pasara porque tal vez ahora sé que si despertaré, solo hoy cuento con esa certeza.
Aparezco en un lugar completamente oscuro por lo mismo no puedo distinguir nada, no sé si estoy sola o acompañada pero siento frío, mucho frío. Trato de avanzar y noto que estoy descalza cuando siento como mis pies se mojan por el agua, quiero creer que es agua.
Toco todo mi cuerpo y parece que estoy solo con ropa interior ¿dónde estoy?
—¡Hola! —grito y siento como el vaho producido por el frío sale de mi boca. —¡Hola!
Vuelvo a gritar pero esta vez solo escucho mi voz rebotando en algún lugar y haciendo eco. Escucho como empieza a caer agua de algún lugar y otros pequeños pasos suenan de algún lado.
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Destinados a ser
RandomLa mariposa es destrucción, devastación y al mismo tiempo es sanación, una nueva manera de renacer y de ver la vida, pero sin olvidar tus huellas del pasado, sin olvidar el difícil camino que recorriste para llegar ahí pero sin recordarlo demasiado...