Los días como hoy mis dioses desahogan su pena en mi calma, el día es soleado y bello. Eso me alegra.
Pero ¿Por qué siento ganas de llorar? ¿Por qué?...
Hay algo que quiero describir con una palabra más intensa de lo que puede llegar a ser el odio, la rabia o la angustia. Pero no encuentro nada.
Los dioses se disuaden y generan desastre de su paz contra su guerra, eso choca conmigo a tal punto de tardar en controlar la intensidad de sus manifestaciones en forma de tristeza transformado en repudio.
No quiero aceptarlo, pero realmente me siento triste y trato de convencerme de que no tengo porque realmente estarlo si es que hay alguien que sufre mil veces más que yo. Realmente estoy tan triste que de reconocerlo se me genera algo de cólera y estrés en mi cabeza.
Aunque no todo está tan mal como probablemente lo siento ¿O si?
Durante el tiempo que estuve terriblemente peor que lo recientemente mencionado como de anteriores textos, el día que toqué fondo al saber de cierta confesión. Todo se tornó ruidoso.
En comparación de ese día con el ahora, realmente estoy mucho mejor porque he llegado a verdaderamente sonreír de forma honesta.
Hice de mi muerte la gloria de mi nueva vida, ciertamente no importa que tan mal me llegue a golpear mi destino porque así traten de quitarme lo que más aprecio. Eso mismo nunca fue de mi posesión, así que de cualquier forma solo se los estoy devolviendo a la nada misma que hizo que por extraña causalidad ahora todo suceda. Pero todo esto que hablo va hacia lo que está fuera de mi alcance, ya que en este plano terrenal la venganza que me cobro no será la misma que la anterior dicha en buena vista.
Lo único que tengo que hacer es mirar dentro de mí, veo que esos ojos tristes están aquí y buscan un hogar. Una de las miles de voces se me acerca, de un hombro me sostiene con cierta calma y ritmo para a su vez conversarme mientras de ayudarme trata. Esos que también son yo son muy amables conmigo.
Y lo que más cabe resaltar es que con mi pequeño sufrimiento aprendí que cada día duele menos, ahora solo quedan pedazos que de manera linda ya no se siente tanto y menos de su tristeza. Y agradezco mucho haber pasado tanto tiempo con dicha persona a la que alguna vez amé, que a través de todo ello pude llegar a una imparable etapa de mi vida.
