9

771 58 0
                                    


"Victoria"

Dejo caer la cabeza sobre el escritorio de mi hermano, quien arquea una ceja al oírme suspirar con frustración

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Dejo caer la cabeza sobre el escritorio de mi hermano, quien arquea una ceja al oírme suspirar con frustración.

—¿Y bien? —pregunta.

—Harry... —mi voz se quiebra un poco, y él se acerca rápidamente, envolviéndome en un gesto protector.

—Vic, ¿qué dijo?

—Tengo que ir a Buckingham tan pronto aterrice en Londres —respondo con un suspiro.

—¿Alguna razón en particular?

—Además de que un video mío bailando está en todos los medios, papá quiere que conozca a Hussein bin Al Abdalá.

—No me digas que hablas en serio.

—¿Parezco estar bromeando?

—Vic...

—Lo siento, discúlpame —digo, volviendo a suspirar—. ¿No es extraño que quieran que salga con alguien más joven que yo?

Me mira como si no pudiera creer lo que escuchaba.

—¿De verdad estás preguntando eso? Vic, quieren que salgas con el heredero al trono de Jordania, prácticamente te están obligando.

—Harry... —gimo con un tono lastimero.

—¿Y qué dijo sobre el otro Harry? —intenta bromear para aliviar la tensión.

—Me dio una lista detallada de todas las razones por las cuales Harry es la peor elección para mí.

—¿Qué?

—Ya sabes, los tatuajes, su estilo de vestir, las controversias... —suspiro de nuevo—. Estuvo a punto de prohibirme salir de aquí. Incluso estando al otro lado del Atlántico, sigue controlándome.

—Dame tiempo, pensaré en algo. No pueden hacerte esto, Vic.

Me toma del rostro y deposita un beso en mi frente, mientras recargo mi cabeza en su hombro.

—¿Qué voy a hacer?

—Tranquila. ¿Y William? —pregunta refiriéndose a nuestro hermano mayor.

—Solo me mandó un mensaje de texto, regañándome por haber bailado frente a todo el mundo. No quiero ser reina de Jordania —digo entre sollozos—. No quiero reinar nada.

—Lo sé, ya pensaremos en una solución.

Besa mi cabeza una vez más mientras me aferro a él en busca de consuelo.

(...)

Con un estado de ánimo sombrío, escucho a Joni Mitchell a través de mis audífonos mientras me recuesto en la hamaca del jardín. Mamma Mia, la beagle de Harry y Meghan, se encuentra a mi lado. Me limpio unas lágrimas con la manga de mi sudadera. Mia levanta la cabeza y me observa, soltando un pequeño ladrido. La acaricio suavemente, intentando calmarla, pero comienza a ladrar con más fuerza.

Unexpected Royal Love - HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora