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"Victoria"

Un incómodo silencio se instaló mientras seguíamos a Tom de regreso al camerino de Harry, ya que era el momento de que comenzara a prepararse para el espectáculo

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Un incómodo silencio se instaló mientras seguíamos a Tom de regreso al camerino de Harry, ya que era el momento de que comenzara a prepararse para el espectáculo.

El pobre joven parecía querer renunciar debido a la severa mirada que su jefe le dirigía.

Deseaba decirle algo, pero me sentía demasiado avergonzada. Era la segunda vez en dos días que nos encontraba en una situación un tanto comprometedora, y aunque no me preocupaba que fuera a la prensa (pues sé que Harry confía en él), sí me inquietaba lo que pudiera pensar de mí.

Al llegar al camerino, una mujer rubia y Jeff estaban de pie, esperándonos.

Jeff me saludó con una sonrisa inmediata.

—Victoria, ella es Helen, la estilista de Harry —dijo, mientras la mujer se inclinaba levemente antes de estrechar mi mano.

—Un placer —respondí, asintiendo con la cabeza.

—¡Oh, Dios! Y además tiene el acento —le comentó a Jeff, lo que provocó las risas de los otros dos. Los miré, extrañada.

—¿El acento? —pregunté, confundida. Era evidente que ella era británica, su acento la delataba; además, no habría hecho una reverencia de ser de otra procedencia.

—Ya sabes, el acento de la casa Windsor. Claire Foy dijo que es difícil imitarlo.

—Oh, ya entiendo. Sí, bueno, mi abuela tenía una forma muy peculiar de hablar —expliqué.

—Lamento mucho tu pérdida.

—Gracias, Helen —sonreí en agradecimiento.

—Bueno, Harry, es hora. Hoy vamos con un poco de prisa —Jeff prácticamente lo empujó hacia la silla frente al espejo—. Vic, puedes quedarte aquí o salir un rato. Te recomendaría la segunda opción, Harry puede ser muy narcisista cuando se lo propone.

Helen y Tom rieron, mientras Harry solo rodaba los ojos.

—Jeffrey...

—Tranquilo, Romeo. Como tú decidas, Vic —los cuatro me miraron.

—¿Aún no ha ingresado el público? —pregunté, y Jeff negó con la cabeza—. Me gustaría recorrer un poco la arena, si es posible.

—Por supuesto, Tom te conseguirá un pase. No queremos que un guardia de seguridad vuelva a intentar llevarte —bromeó, provocando una carcajada de mi parte.

—Gracias, Jeff.

—No hay de qué. Vamos, Tom.

Le dediqué una sonrisa a Harry, quien me miró a través del espejo y asintió levemente mientras alzaba el pulgar. Seguí a Tom fuera del camerino en busca de mi nuevo gafete.

Unexpected Royal Love - HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora