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Narrador omnisciente.

Sin saberlo, __________ había ocasionado aquellas raras sensaciones en los dos jóvenes que ahora habían ido al médico a muy temprana hora. ¿La razón? Es que ese mismo día en viernes, por la tarde cuando ya había terminado todas sus tareas, había leído solo las primeras dos hojas de aquel extraño libro que encontró en el barco.
He incluso ella misma se sintió extraña leyendo cosas alejas. Y pensó que, era obvio que la persona que escribió eso ya no estuviera viva, y pese a que leyó esas dos hojas muchas cosas no se entendían con claridad, había nombres, lugares y anécdotas que no se contemplan a simple vista y tenía que descifrarlas ella misma. Por ejemplo, un gran enigma era que saber quién había escrito ese diario, pues el nombre de quién fuera no se distinguía por más que tratarse de leerlo casi bajo lupa.

— ¿Cariño, qué estás haciendo?. — Pregunto su madre acercándose a ella con las manos llenas de jabón con olor a limón.

— Leyendo mamá, encontré este diario cuando acompañe al profesor a la investigación. — respondió la castaña —. Pero, no logro casi leer nada.

— ¿Eso no es peligroso, no debería estar en el museo? — cuestionó regresando a la cocina, la cena ya casi estaba lista.

— Tal vez si mamá. — se rindió al querer leer más de esas borrosas letras —. Se lo llevaré al profesor, tal vez mañana o no se ....

Regreso a su habitación y se puso a limpiar todo lo que no había echo en la semana. Esa misma noche debía ir al museo a hacer el reporte de todas las pinturas que existían en el museo, lo mejor de todo es que iría con una amiga de otro salón. Siempre se le había echo muy bello todo ese tipo de cosas, no era una experta en el tema pero si que conocía alguna que otra, no quedaría como una tonta ante algunos de sus compañeros que conocían más del tema, sobre todo aquellos que tenían mucho más dinero y sus padres los obligaban a estudiar todo eso. 
Dos horas antes de irse, se metió bañar y alistó ropa bonita para ir, como ese largo abrigo en color crema y sus botas en marrón oscuro. Además de un maquillaje discreto y perfume con olor a vainilla.
Todo estaba listo, he incluso llevaba una libreta para anotar varias cosas, cuando en ese momento sonó su celular, era un mensaje de Nya, la chica con la que iría.

— Nya está afuera, la are pasar. — dijo su madre.

— Si por favor mamá, estaremos aquí un rato en lo que da la hora, esta mujer llego mucho más temprano — sonrió.

Escucho afuera de su habitación a su amiga saludar con gran gusto a su madre. Y caminar hasta la habitación dónde ___________ le saludo con gran amor, se habían visto ayer pero aún así era su gran amiga.

— Te ves más linda así. — dijo la castaña mientras la pelinegro se sentaba en su cama —. Con el cabello suelto, además lo tienes muy bonito.

— Jay, también pensó lo mismo. — sonrió la chica.

— ¿Quién es el?. — curiosa le pregunto.

— Es un chico que vive cerca de mi casa, aunque mi hermano no lo aprueba del todo, Jay es un chico muy lindo. — explico a la vez que a su mente llegaba aquel castaño que trabajaba de mecánico junto a su amigable padre —. Un día, te lo voy a presentar.

— Si claro que sí amiga. — Nya miro su celular y abrió mucho los ojos —. ¿Qué?.

— Vámonos, ya casi es hora. — salto de la cama y tomo a su amiga de la mano —. A lo mejor y vemos a mi hermano aya, creo que ya tiene novia.

Pero antes de salir de la habitación Nya miro en el pequeño escritorio un libro muy viejo y lleno de polvo, se le hizo bastante extraño que su amiga tuviera ese tipo de cosas pues normalmente para Nya __________ siempre tenía sus cosas muy bien cuidadas y en colores brillantes.

𝓜𝓮𝓶𝓸𝓻𝓲𝓪𝓼 𝓓𝓮 𝓤𝓷 𝓓𝓲𝓪𝓻𝓲𝓸 [𝓛𝓵𝓸𝔂𝓭𝓧𝓛𝓮𝓬𝓽𝓸𝓻𝓪] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora