La Noche Que Nejire Se Emborrachó

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Nejire Hado siempre había sido una persona animada y llena de energía, pero nadie la había visto alguna vez bajo los efectos del alcohol... hasta ahora. En la fiesta de fin de año en U.A, Nejire se había permitido beber un poco más de lo que debía, lo que provocó que comenzara a actuar de manera graciosa e infantil.

Izuku la observaba con ternura mientras jugaban juntos a juegos de mesa y se divertían con el resto de sus compañeros. No obstante, el alcohol había hecho que Hadou perdiera un poco el sentido de la vergüenza y se comportara más "Juvenil" de lo normal.

"¡Izuku!" Dijo Nejire, con una sonrisa juguetona. "¡Vamos a jugar a las sillas musicales!" Izuku no pudo evitar reírse ante el comportamiento de su novia. La idea de jugar para tener un lugar cuando la música parara parecía bastante infantil para él, pero decidió jugar junto a su novia.

Las risas resonaron en la sala mientras los compañeros de la peliceleste y el pecoso observaban cómo se divertían. De repente, la música paró y Nejire se quedó sin silla. Pero ella, sin darse por vencida, se aferró a Izuku.

"¡Izuku, no me sueltes!" Hadou exclamó haciendo un puchero. El pequeño héroe la sostuvo con firmeza y se llevó un dedo a los labios, haciendo señas para que la chica se callara y no alertara a los demás de su comportamiento. Aunque también le hacía gracia lo juguetona que podía llegar a ser su novia.

En ese momento, Hadou comenzó a cantar una canción infantil mientras saltaba sobre las piernas de Izuku. Él no podía evitar reírse de lo divertido de la situación, a pesar de la sensación extraña que sentía. Era como si Nejire hubiera retrocedido en el tiempo.

"Espérame un momento Nejire-Chan." El peliverde diría. Este se dirigió al baño algo apurado, al parecer estuvo aguantado las ganas de ir para poder cuidar de la niña. Sin embargo, fue una mala decisión. Nejire empezó a beber cada vez más. Una copa de champán aquí, un vaso de whisky allá, y antes de que se diera cuenta, estaba completamente emborrachada.

"Oh... ¿Pero que?" Había un tumulto de gente alrededor de un círculo y al medio de este se encontraba Nejire, el centro de atención de todos los ahí presentes. Al parecer estaba apunto de hacer una proeza, beber una botella de gin al seco. "Sabía que no podía dejarla sola." Izuku comentaría acercándose a donde se encontraba la niña.

"Dame eso Tontita." El chico le arrebató de las manos la botella a la peliceleste, que refunfuñando, haría un puchero en signo de disconformidad. "Suficiente alcohol por esta noche Hadou-San." Izuku ordenaria mientras cogía de la mano a la chica llevándosela a los dormitorios de arriba.

"¡Izuku-kun~!" La niña hablaría en un tono alto, llamando así la atención del peliverde. "¿A donde vamos? ¿Haremos cosas sucias?" la niña de ojos celestes preguntaría con una sonrisa coqueta. "Te llevaré a mi habitación, debes descansar." Izuku respondería un poco serio, se sentía culpable de que ahora su novia estuviera totalmente alcoholizada.

"Noo, ¡Aún tengo mucha energía!" Hadou quería continuar, sentía que podía estar toda la noche bebiendo, sin embargo su cuerpo no estaba acostumbrado y le podía terminar pasando factura. "Fiuu~." El niño daría un suspiro abriendo la puerta de su habitación.

"¡Ding! Jijiji." Nejire le daría un beso en la mejilla al pecoso mientras se reía como una niña pequeña. Esta tomaría de la mano a izuku, solo para posteriormente empujarlo hacia la cama y cerrar la puerta con seguro. Acto seguido la niña comenzaría a gatear sobre el chico mirándolo con complicidad.

"¡Quiero que tengamos sexo!" La sinceridad de la chica en parte se debía al exceso de alcohol. En definitiva Izuku tenía que hacer algo para poder lidiar con la enérgica niña. "Hadou-san..." El pecoso diría mientras se reía por la actitud tan desfachatada de su novia.

"¿Por que te ríes Izuku-kun~? Eso es muy malvado de tu parte." Nejire comentaría con un puchero más que notorio. "No tendremos sexo Nejire-Chan." Fue un grave error de su parte, no debió haberse negado. Ahora pagaría las consecuencias de aquello.

"¿Ya no te gusto?" La niña preguntaría con lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. "¡No! ¡No! Obvio que me gustas Hadou-San." Izuku había caído. "Entonces si te gusto... ¡Demuestralo!" Ella estaba... ¿Intentando manipularlo? Sin ninguna duda eso precisamente era lo que hacía.

"Uh..." Izuku no sabría que responder, no quería ceder ante las provocaciones que la chica hacia constantemente con tal de tener su atención. "E-Espera un segundo, voy al baño y vuelvo. Quédate aquí." El pecoso rápidamente se encerraria en el baño a meditar sobre la situación. ¿Que se supone que debía hacer? Si se negaba, Hadou comenzaría a llorar y el no quería que la peliceleste llorará. Pero si aceptaba entonces habría caído en el sucio juego de manipulación por parte de su novia. Ahora mismo estaba en tela de juicio su desición.

Ya lo había decidido. No iba a permitir que su novia lo manipulara a su antojo. Saldría y entonces impondría sus términos y condiciones ante la chica, obligándola a ceder. Eso hubiera echo, si no fuera por que al salir del baño la chica se encontraba totalmente desnuda sobre su cama. "Mierda..." Izuku maldecía antes de que todo su orgullo fuera pisoteado por la peliceleste, Hadou habría logrado su cometido.

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Procedo a citar las siguientes palabras.

"Mi rival que es tan astuta
Así se aprovechó
Y como ven no soy un ángel con buena intuición Me lancé a quema ropa y ella me venció."  Romeo Santos.







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