NUEVE

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Eddie no estaba acostumbrado a sentirse como si todo el maldito mundo estuviera mirándolo, no estaba acostumbrado a sentirse acechado, como si hubiese sido un niño de 7 años robando dulces del tarro escondido por sus padres en el gabinete debajo del lavatrastes. Simplemente no.

Estaba caminando en el pasillo del colegio, dirigiéndose directamente a los casilleros verdes. Habían pasado tres meses, tres hijos de perra meses después de la puta vergüenza que tuvo que pasar con Steve Harrington. Aún se sentía terrible, aunque Steve con sus ojos grandes y bonitos, cabello castaño revuelto, enmascarado con una ligera capa de sudor, rubor de las mejillas hasta las orejas y labios rojos de tanto morder, le había dicho que no tenía nada de qué preocuparse, "eso a todos nos pasa, Ed".

Si claro, a todos nos pasa.

Eddie se sintió completamente destruido después de ese jodido día, se disculpó una y otra vez con Steve, y él de nuevo, como si fuera una canción que se repetía una y otra vez en la grabadora gris de su habitación, le decía que no tenía nada de qué preocuparse. Fue jodido cuando tuvieron que irse a dormir, Eddie pensó que tal vez irían a la cama juntos, pero no fue así, claro que no, Steve le había dicho que podía poner una colchoneta, algunas que guardaba  Robin en su armario enorme porque las ocupaba para el gym, y que podía usar sábanas limpias y alguna cobija que había en los cajones. Se fueron a dormir sin decir ni una palabra, y esa fue la primer noche de Eddie en dónde realmente estaba muy incómodo.

Y bueno, quién demonios no estaría incómodo por un momento tan bochornoso durante el sexo, peor aún, durante tu primera vez teniendo sexo.

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Steve no fue la excepción, sabía que había sido duro con Eddie después de ese momento, pero estaba molesto, simplemente actuó sin pensarlo e hizo que Eddie durmiera en el suelo de la habitación, sabía que no debió haberlo hecho, pero al final pasó. Justo a las siete de la mañana Steve había abierto los ojos volteando al suelo y vio que las colchonetas estaban perfectamente alzadas, al igual que las sábanas y la cobija yacían dobladas en el sillón individual en la habitación de invitados. Se levantó un poco alterado porque sabía que la había cagado, pero también tenía ese sabor agrio en su boca de saber que Eddie pudo haberle dicho que era virgen antes de que ocurriera algo más, obviamente Steve no podría haber apurado las cosas como lo hizo esa noche, y pudo haber ido más lento y todo hubiese resultado bien, porque joder, jodido Edward Munson, le gustaba mucho y no quería dejarlo ir.

Cuando se levantó fue rápidamente a la habitación de Robin y abrió sin tocar, obviamente Robin estaba sentada en la cama procesando que acababa de despertar mientras miraba embelesada el zapato que estaba en el suelo.

- ¡¿Qué mierda Steve?! ¿si sabías que puedes tocar, no? - la pelirroja se levantó de su cama haciendo una mueca de disgusto y dolor mientras llevaba sus manos a ambos lados de su cabeza. 

- Necesito contarte algo Robin, pero también necesito que no me juzgues por esto por favor, déjame traerte jugo y una aspirina, espera aquí.- el castaño salió de la habitación recordando que Gareth estaba en la de a lado.

Steve abrió la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido por si Gareth seguía en la habitación, pero al inspeccionar dentro sólo se encontró con las cobijas dobladas encima del colchón blanco, bien, también se había ido con Eddie, eso le causaba más pena aún.

Fue al refrigerador y sacó un envase con jugo de naranja, llenó un vaso y tomó una aspirina de algún cajón, subió y entró nuevamente con Robin.

- Dios, me siento completamente mal, creo que si bebí mucho, ¿qué pasó después? ¿si lograste sacar a todos de aquí?

|'Eddie is a virgin-loser boy'|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora