Sentí como me quedaba sin respiración. No tenía ni idea de lo que pasaba por mi mente en esos momentos. Quizá era porque sentía que iba a mil por hora.
Camila me abrazó, esperando algún tipo de gesto por mi parte. Me costó varios segundos reaccionar pero, al hacerlo, rodeé su cuerpo. O más bien su ropa, llevaba bastantes capas. Siempre había odiado el frío.—Sabía que eras tú -me dijo, aún abrazándome. —Estaba rezando por no equivocarme y hacer el ridículo -se soltó del abrazo, riéndose.
No podía hablar, los nervios se apoderaron de mí. Hacía años que ya no imaginaba una situación así. Y sin embargo, ahora me tocaba vivirla. Aquí, en Nueva York.
Le miré de arriba abajo. Sonreí y volví a abrazarla. Camila rió de nuevo por mi reacción. Apostaría lo que fuera a que ninguna de las dos nos esperábamos una situación así..., no después de tanto tiempo.
Al retirarme pude volver a observar su rostro. Lo único que había cambiado en su carita era que ahora parecía más madura. No llevaba maquillaje. Llevaba una de esas boinas que le hacían ver demasiado interesante. Seguía igual de preciosa.
Me percaté de la persona que iba su lado. Un chico alto, más que ella, bastante recto. Con el pelo alborotado, ojos marrones, pequeños. Un abrigo largo. Pude ver cómo enlazaba su mano a la de Camila. Sentí una punzada en el pecho.—Te presento a Matt, mi prometido -afirmó sonriendo, esperando algún tipo de emoción positiva por mi parte. Segunda punzada. Fingí mi mejor sonrisa.
—Un placer, Lauren. Hacía años que necesitaba ponerte cara. Camila hablaba mucho de ti.Años, hacía años.
Camila, intuyendo mi estado de nervios, me apartó un mechón que cubría mi cara, aprovechando para acariciarme el pelo. Cerré los ojos ante su tacto, tenía las manos heladas. Cuando la retiró vi el anillo de compromiso. Tercera punzada en el pecho.—Qué largo y bonito tienes el pelo, Lolo -Sonreí ante aquel apodo, solo ella me había llamado así.
—Gracias, Camz -dije por fin, provocando una gran sonrisa en el rosto de ella. -Es un placer -dije mirando hacia él, algo más fría de lo que me hubiera gustado —¿Qué hacéis en Nueva York? Pensaba que el frío no era tu fuerte.
Camila rió un poco de nuevo, soltando la mano de Matt para colocar su bufanda.—Hemos venido a visitar a la abuela de Matt, mañana sale nuestro vuelo de vuelta a Miami -señaló algo más seria de lo que había estado minutos atrás. —¿Qué tal tú? ¿Cómo te va? Pensé que estarías en algún lugar de Europa metiendo a tíos chungos en la cárcel.
Ambas reímos, siempre habíamos dicho que yo me pasaría la vida defendiendo a los inocentes, metiendo a criminales en la cárcel y que ella daría su sentencia como jueza. Matt sólo sonreía.
—No, qué va, ya sabes lo mucho que amo mi ciudad, no podría irme de aquí ni aunque me lo pidieran -reímos ligeramente de nuevo, ya no sé si por nerviosismo o porqué. Camila lucía más calmada que yo.
—Pensé que no volvería a verte jamás. No te imaginas cuantísimo me alegro de esta casualidad -sonrió y volvió a abrazarme. Le abracé lo más fuerte que pude, sabía que sería la última vez. Sentí que estaba cerrándose un ciclo que estaba a medias. Tenía demasiadas cosas que procesar. Mi mente necesitaba huír de aquella situación, pero mi corazón necesitaba quedarse por siempre en ese abrazo.
—Yo también me alegro, Camz -me tomé unos segundos para observarla de nuevo. Esa sonrisa que tantos años había estado soñando con volver a ver. Ese pelo castaño que tantas veces había acariciado. Ese olor tan característico que jamás volveré a oler.
Nos zafamos del abrazo, un poco a regañadientes. Como si pareciera que ella estuviera sintiendo exactamente lo mismo que yo.
—Me gustaría tener mucho más tiempo, poder volver a vernos y ponernos al día. Estoy segura de que han pasado miles de cosas por tu vida, y quisiera saberlas todas -pude sentir su intriga, como si quisiera saber más de todo lo que ocurría a mi alrededor.
Su mirada profunda, directamente a mis ojos; un vistazo a mis labios, y de nuevo esa sonrisa.—Podrías avisar si vuelves por aquí, estaría encantada de contarte todo.
Matt seguía ahí, de pie. Simplemente estabamos ignorándolo.
—Camila, tenemos que irnos -sentenció, poniendo fin a una conversación que estaba siendo bastante incomoda para él.
—Sí -alegó ella, sin dejar de mirarme. —Ojalá nos veamos pronto, Laur.
—Estoy segura de que sí, Cam.
Sonreí por última vez, aprovechando para mirar todo su rostro, cada parte de él. Sabía que sería la última vez que podría hacerlo.Se acercó a mí y dejó un breve pero eterno beso en mi mejilla. Sonrió y mi cara debía de ser un cuadro. Cuarta punzada en el pecho.
Comenzaron a andar con las manos entrelazadas.
Estaba en shock, ni si quiera sabía cómo gestionar esto. Una lágrima recorrió mi mejilla. Me quedé mirándoles hasta que desaparecieron.Fin del flashback
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august (camren)
RomanceHay alguien que cree en un amor que aparece, que dura eternamente y es amor. ¿Será éste ese tipo de amor? Siete años después, pero... ¿qué ocurrió realmente? [...] Cualquiera parecido con la realidad es coincidencia, salvo los personajes principale...