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Ese día estaba lloviendo, era martes y sus clases comenzaban temprano, era difícil levantarse de la cama incluso era difícil no dejar de apagar la alarma cada vez que sonaba. Minho se negó a ponerse de pie por varios minutos convenciéndose de que su primera clase no era tan importante como su salud, porque dormir solo tres horas todas las noches no era para nada sano.

Un mensaje llegó a su celular y él alzó el aparato con la mano derecha, aún con el rostro pegado a la almohada. “Maestra 1” leyó sin energía desbloqueando y tocando el pequeño ícono.

“Honnie, puedes faltar a mi clase por hoy, se que debes estar muy cansado por lo de ayer ;) Así que no te preocupes, tu falta está justificada. Pero necesito que llegues antes de la tercera hora ): Tu estudiante te estará esperando en la biblioteca, le he comunicado a tus otros maestros y ellos están de acuerdo con que tomes sus clases en otra hora, no me agradezcas pero tienes tiempo libre ya que he convencido al profesor Choi para que solo tengas que entregarle el trabajo final, él te ayudará con eso. ¡Mucha suerte hoy!”

Minho lanzó el celular lejos de su vista suspirando con fuerza. Cada vez se le hacía más difícil, ya no era suficiente con solo pensar en otra persona para poder mantener una erección, ahora tenía que creerlo y eso era casi imposible. Por si fuera poco esto estaba ocurriendo con más frecuencia. ¿Cómo decirle que no? ¿Cómo decirle a su profesora que cada vez que la tocaba le producía una incomodidad absoluta e incluso asco?

Ella era linda, una mujer joven y preciosa, pero no del tipo que a Minho le gustaban, de hecho ninguna mujer era del tipo que a Minho le gustaban. Se enteró de ello cuando sintió esa corriente eléctrica que no es escalofrío correr por su espalda cuando observó a Sunoo. Ese chico al que recordaba siempre para hacer que su pene despertara.

Otro mensaje llegó, pero su celular estaba demasiado lejos como para leerlo. Se dió una vuelta en la cama para mirar el techo escuchando la lluvia golpear su ventana. ¿Estaría lloviendo también en su antigua casa de China? Donde su madre vivía con su hermano menor y cuidaba de él, donde ella se preocupaba por el futuro de su hijo. Ojalá fuera Minho aquel que nació después.

“Tú solo has lo que ella te pide” El mensaje de voz de su madre aún resonaba en sus recuerdos. “Si ella quiere acostarse contigo es algo bueno ¿verdad? Ella te ayudará con tus calificaciones y así podrás mantener tu beca sin esfuerzo... Y por lo que tengo entendido ella es guapa ¡deberías estar felíz! Solo tengo cuidado y siempre usa protección. No quiero nietos desamparados.”

¿Qué clase de madre actúa así? La suya, quien solo piensa en mantenerse a flote mientras ella recibe dinero mediante su hijo. Porque a Minho le pagaban por estudiar, no era solo la beca completa, era darle dinero que él nunca veía. Por suerte, su trabajo de medio tiempo le ayudaba a vivir.

Su celular sonó una y otra vez, tanto que tuvo que levantarse y responderlo.

“Honnie” Era su madre. “Necesito dinero, tu hermano se enfermó. Estoy muy preocupada.”

Él tampoco tenía dinero.

—No te preocupes mamá, me encargare de enviarte un poco mañana.

“En serio estoy muy preocupada por él...”

—¿Puedo hablar con él?

“No, está dormido.”

¿Puedes decirme qué es lo que le ocurre? ¿le duele algo?

“Minho, no eres doctor, si no quieres ayudarme con el gasto de un médico no intentes reemplazarlo, solo dime que no.”

Realmente esperaba a que ella mintiera, eso era mejor que tener a su pequeño hermano enfermo. De todos modos revisó el poco efectivo que le quedaba y torció los labios.

—Te lo enviaré hoy.

“Gracias hijo, por suerte eres como tu padre.”

Minho solo sonrió.

Llegó a la biblioteca directamente, ni siquiera pasó por su segunda clase antes, no le interesaba en lo más mínimo ver el rostro arrugado y molesto de un viejo que solo sabía humillar a quienes no entendían su clase

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Llegó a la biblioteca directamente, ni siquiera pasó por su segunda clase antes, no le interesaba en lo más mínimo ver el rostro arrugado y molesto de un viejo que solo sabía humillar a quienes no entendían su clase. El lugar estaba repleto de libros, la chica a cargo de cuidar el lugar dormía sobre un par de ellos y la dama de limpieza retirándose con lentitud. Era gigantesco, y oscuro al carecer de ventanas.

Buscó con la mirada entre los pasillos encontrando solo estantes repletos de libros. Pasó a la sección de fantasía hasta historia contemporánea y no vió a nadie ni nada, ni siquiera en las mesas reservadas para los estudios. Tomó su celular en mano y verificó la hora; 9:50 am. El chico ya debería estar ahí. Dió la vuelta dispuesto a irse.

Disculpa— Escuchó en un perfecto chino, y en una linda voz suave y tímida. Giró hacia la izquierda, aun con la vista en el suelo. —¿Eres Lee Minho?— Minho asintió sin interés en el rostro del niño. —Soy Lee Felix... tu nuevo estudiante.

El lindo chico frente a él no sonrió, se mantuvo con la expresión estoica. Un rostro más bonito que el de Sunoo, ese cabello multicolor llamándolo y aquellos ojos exigiendo su mirada. La atención de Minho se enfocó en sus lindos labios para después recorrer su linda piel.

Ahora ya tenía en quien pensar la próxima vez que se acostara con la maestra.

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¡Adaptación Minlix!

𝐈𝐍𝐓𝐈𝐌𝐎 ✧ MinlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora