𝐈𝐍𝐓𝐈𝐌𝐎 ✧ Minlix

ଘ XXI ଓ

— ¿Qué harías si el mundo se acabara? ¿Qué harías antes de eso?

— Sentarme y esperar.

— ¿No huirías?

— ¿A dónde? Si el mundo se acaba no hay lugar a donde pueda ir.

Felix apretó los labios, con sus manos juntas sobre la mesa. Cerró los ojos por un segundo para después volver a abrirlos, encajándolos en Minho. Hacía frío, sus manos helando y su corazón con un extraño sentimiento. Minho suspiró al ver el delgada abrigo de Felix, tan delgado como solo una sábana suave que ondeaba con el viento.

— Tienes frío. —Dijo casi en un susurro, Felix negó. —No es pregunta.

— Soy resistente al frío.

— Espero que seas inmune a la neumonía o algo así.

No hubo respuesta, el niño se encogió de hombros y tomó el diccionario que descansaba sobre la mesa. Felix temblaba un poco, quizás conteniendo como podía el tiritar de sus labios para no quedar mal frente a Minho. El chico era tan delgado y pequeño, que Minho se preguntó a si mismo qué era lo que le atraía de ese desdichado cuerpo.

Quizás el único atractivo de Felix fuera su lindo rostro, así podría sentir el consuelo de decir "Solo quiero una mamada". Golpeó su boca mentalmente por lo vulgar que se sintió, aunque su frente si llegó a dar contra la mesa.

— Estas te...tem...— Minho alzó la mirada para encarar a Felix, quien parecía no recordar la palabra por completo.

— Yo sí tengo frío. —Lo interrumpió, enderezándose sobre el asiento. Sonrió de lado un segundo y exhaló una pequeña risa antes de decir su travesura. —Podrías calentarme un poco.

El rostro de Felix adquirió un leve tono rosado en sus mejillas, el chico no respondió, el único gesto fue torcer los labios y desvíar la mirada.

— Minho...

— Wow, estás mejorando en tu coreano, ahora puedes entenderme. —Su sonrisa se expande para después soltar una pequeña y sincera risa. El rostro de Felix quedó estático, con una clara expresión de sorpresa. —Recordaré este día como el primero en el que entendiste un doble sentido.

Minho pudo ver la sonrisa de Felix sonriendo poco a poco, sus labios encorvándose y sus ojos cerrándose con ternura. Su propia risa se detuvo cuando el bonito rostro de Felix sonriendo atentó contra su interior, haciéndole achicarse e implorar en ese mismo segundo. El chico era verdaderamente hermoso, pero no era por sus rasgos faciales, había algo más allá de eso.

— ¿Qué es "doble sentido"?

Minho suspiró.