Capítulo 7

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El ambiente de alguna forma era liviana... desde el punto de vista de Chigiri. 

Tú estabas a muy poco de tener un ataque cardíaco gracias a las mil veces que Raichi te miraba fijamente una y otra vez y no te dejaba en paz. ¿Estabas roja? ¡obviamente sí! Ni siquiera disimulaba lo emocionado que estaba por que el estúpido jueguito que estaba en el teléfono de Nagi les dé su turno juntos. 

—Entonces... ¿todos tenemos que poner los dedos en la pantalla, y después la aplicación elegirá a los jugadores al azar para que podamos jugar el juego?—Preguntó Bachira por milésima vez, aún sin comprender del todo lo que Reo estaba explicándole. 

—¡Sí!—Exclamó el pelimorado, alegrándose cuando finalmente el idiota comprendió lo que quiso explicar.—Y cuando te elijan, tienes que elegir beso o reto para hacer con la persona que te tocó. Y si no lo haces...

—Van a abofetearte—Dijo Nagi, completando la frase de su amigo mientras veía con algo de fastidio a Bachira.—¿Cuántas veces necesitas que te expliquen? 

—¡Da igual!—Gritó Igarashi, poniendo su dedo sobre la pantalla.—¡Juguemos ya! Él aprenderá sobre la marcha.

Todos pusieron sus dedos sobre la pantalla, y quedaron registrados en el juego. 

—Será divertido—Agregó Chigiri a tu lado, codeándote en el brazo levemente mientras que su dedo estaba sobre la pantalla a tu lado. Tú asentiste con la cabeza, sonriéndole gentilmente antes de mirar al celular de nuevo, esperando pacientemente a que elijan a algún jugador. 

Bachira y Raichi. 

—¡Wow! Inesperado—Canturreó Bachira cuando se dio cuenta de que fue seleccionado, pero hubo algo en su tono alegre que te hizo dudar si estaba realmente conforme con el resultado. Él miró a Raichi, y preguntó con una voz burlona:—¿Quieres un beshito? 

Raichi lo miró con cara de asco, cruzando sus brazos y frunciendo el ceño.

—¿De ti? No gracias. Antes muerto—Dijo con su típica y dura voz. Luego miró a Reo.—¿Cuál es el reto?—Preguntó. Reo agarró el celular y leyó el reto al azar que la aplicación en su teléfono le dio.

—Tienes que besar a Bach...

—¡Que alguien me abofetee, dios! 

En el instante en el que dijo eso, todos levantaron la mano y se inclinaron hacia él, con claras intenciones de cumplir su deseo con muchísimo gusto, tú incluida. Raichi frunció el ceño y los miró a todos.

—¡Ninguno de ustedes va a poder tocar mi rostro esta noche, ¿oyeron?!—Exclamó molesto, mostrando su puño. Pero después te miró y sonrió.—Por ti sí me dejo—Agregó, guiñándote. 

Te sonrojaste mientras hacías una mueca poco disimulada, pero nadie en la ronda te prestó la suficiente atención como para hacer preguntas, dejando de lado un pequeño pelinegro que miró con aires de superioridad a Raichi mientras cruzaba sus brazos y sonreía, Yoichi. Raichi lo miró de reojo, fulminándolo con la mirada.

—Ya lo oíste, ____—Dijo Reo después de unos segundos.—Abofetéalo. 

—Bueno. 

La cachetada pudo oírse a través de todo el cuarto, sorprendiendo a la gran mayoría de jugadores que miraban la situación con una mano tapando su boca y los ojos bien abiertos. Muchos habían esperado que tú dudaras por lo menos un poco, pero ahí había de todo menos duda. 

Raichi se sostuvo la mejilla que recientemente habías abofeteado mientras entrecerraba un ojo y te miraba fijo con el otro, casi fulminándote con él. Seguía sonriendo, casi pareciendo arrogante y siendo muy orgulloso de demostrar que sí, que eso le había dolido como la mierda y que habría preferido un beso con Bachira que esto, pero ya estaba hecho. Y lo único que podía hacer era...

A Escondidas || Yoichi IsagiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora