Capítulo 10

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El susurro del viento acaricio sus oídos, con lo ojos cerrados, y la respiración tranquila.

Sintió todo, o casi todo, desde su punto de vista poder sentir y oír el latido de su corazón, podía escuchar el susurro de los hojas de los árboles, cuando eran embestidas por el viento, en esta época del año, era suave y tranquilo, mientras que en el otoño o la primavera era más salvaje, con un león hambriento.

Mientras tomaba respiraciones pausas y prolongadas, se sentía tranquilo, más de lo que nunca antes se había sentido.

Al principio era difícil, porque siempre estaba pensando en otras cosas, y su mente divagaba demasiado, pero luego, todo fue encajando de poco a poco y ahora, estaba en blanco, pero no completamente en blanco, después de todo seguía siendo consciente de su propia existencia, según las palabras, burdas y cripticas, tal vez incluso pretenciosas de su maestro, alcanzaría la verdadera iluminación cuando dejara de verse a sí mismo como cao cao.

Lo que, para un niño de 8 años, tenía poco a o ningún sentido. Pero lo acepto de todas maneras, porque era su maestro, y para él, no había necesidad de dudar de las palabras de su maestro.

Y por eso, había pasado el último mes meditando cuando no estaba entrando, y entrenando cuando no estaba meditando.

A pesar de todo, su maestro lo obligaba a regular su entrenamiento, pues como aún estaba en crecimiento, pasar horas y horas entrenando, podría afectar, de manera negativa, el desarrollo de sus músculos, de sus huesos, y en general todo su cuerpo, su vida como guerrero terminaría antes de empezar.

Entonces se dio cuenta. . . había vuelto a fracasar.

Pero era alguien obstinado, así que se negó a abrir sus ojos, y una vez más volvió a intentar despejar su mente y dejarla en blanco.

Entonces sintió algo en su oreja, escucho los pasos, acercándose y deteniéndose, luego repitiendo la operación, podía notar al menos dos personas moviéndose a su alrededor, murmurando y soltando ligeras risas de vez en cuando, una de sus cejas temblaba, mientras hacia un esfuerzo sobre humano por evitar escuchar eso, y distraerse en consecuencia.

Pero entonces, algo lo golpeo en su rostro, no dolió, de hecho, el golpe fue suave y frio, sintió que lo que lo golpeo, se deformaba en su cara, y un segundo después el agua lo empapo, se quedó en silencio, y luego cuando abrió sus ojos, los vio.

Un niño cuyo cabello era blanco, como la nieve recién caída, y ojos rojos, que brillaban como el fuego, estaba usando una camisa de color blanco, con bordes negros y pantalones cortos de color negro. Tenía una sonrisa burlo en su cara.

A su lado estaba una niña, de unos 9 años, tenía el cabello castaño y rebelde, tanto así que con cada movimiento su cabello revoloteaba detrás de ella, aunque cuando el sol lo golpeaba, este era casi rubio, sus ojos eran de un color gris claro.

Ambos estaban sosteniendo en sus manos globos, llenos de agua.

Luego estallaron en carcajadas.

Cao cao suspiro, y con su mano derecha se limpió el agua que escurría de su cara, luego se puso de pie, y camino hacia el área de entrenamiento. Sus pies ligeros apenas producían un sonido cuando tocaban el suelo.

― cao, ¿no quieres jugar con nosotros?. ― la chica corrió a su lado, sus pies se movieron presurosos, y se detuvo justo al lado de cao cao, sus brillantes ojos grises llenos de entusiasmo.

― no. ― fue la repuesta de Cao Cao, aunque se arrepintió un poco cuando la chica retrocedió con un par de saltos, y esa culpa desapareció cuando un globo de agua lo golpe en la nuca, y lo empapo incluso más que antes.

Reinhard Van Astrea en DXDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora