- SIETE –
"Manos juntas
Perdónalo antes que muera, porque
No llorare por ti
No crucificare las cosas que haces
No llorare por ti
Cuando te vayas yo todavía seré
Bloody Mary"- Bloody Mary, Lady Gaga.
Aemma no había salido de sus aposentos durante casi quince días junto hasta su ahora esposo Daemon, solo las criadas tenían acceso a este lugar llevándoles comida y algo de beber. De vez en cuando un baño cálido para la pareja, las fiestas seguían en apogeo pese a que su madre la reina, que no dejaba de llorar pensando que el príncipe canalla la había matado, pero cuando un día su dulce princesa presentó en sus aposentos durante la mañana con marcas por todo su cuerpo pudo respirar algo aliviada.
La princesa tenía marcas en su cuello de los dedos del hombre, incluso sus labios marcados en su clavícula, su dulce niña había sido mancillada de formas impensables, pero cuando la reina la abrazo esta correspondió como toda niña lo hubiera hecho. El dulce olor que desprendía la joven no dejaba de recordarla las noches que la consolaba por su cruel presente.
- Madre estoy bien- sonrie la joven acariciando la mejilla de su progenitora que no dejaba de derramar lágrimas.
- ¿Por qué no habías abandonado tu habitación Aemma? – cuestiona la mujer- ¿Sabes lo asustada que estaba por ti?
La joven princesa no quería decirle que su esposo la había tomado de todas las formas posibles, dejándola agotada en sus aposentos, no creía que su madre entendiera que correspondía ardientemente a todas las peticiones del hombre que debía odiar. Pero había algo en Daemon Targaryan que no podía dejar, el hombre era una copia de Aemond, tormentoso, frio, lo que siempre deseo.
¿Cómo explicarle que cada vez que la tomaba lo deseaba aún más? No podía dejar de pensar en el, su corazón latia más deprisa cada vez que escuchaba su voz. ¿Qué tipo de hechizo le había dado Daemon Targaryen para comportarse así? La joven pensaba que era debido a que su padre jamas le dio atención y ante la mínima atención masculina de su ahora esposo no podía dejar de pensar en él, quería ser buena para él, quería que el fuera solo para ella, una ilusión que ella misma sabía que jamas sucedería.
Pero la princesa no puede responder, ya que entra Sir Criston con una joven doncella sollozando, la toma con fuerzas de sus brazos, quizás demasiado para una joven de no más de quince años.
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Labour || Daemon Targaryen - Aegon Targaryen- Aemond Targaryen.||
General Fiction"La única cosa que podía destruir la casa del dragón era esta misma. Aemma Targaryen sabía que solo nació como un recordatorio a su madre que su padre nunca la amaría. Es por ello por lo que hizo todo para proteger a su familia, a sus hermanos. Se c...