"La única cosa que podía destruir la casa del dragón era esta misma.
Aemma Targaryen sabía que solo nació
como un recordatorio a su madre que su padre nunca la amaría.
Es por ello por lo que hizo todo para proteger a su familia, a sus hermanos.
Se c...
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"Nuestros nombres están juntos
Deben haber caído
Como una semilla
A la profundidad
Del suelo
Enterrados
En la tierra
En el viento
Puedo escucharte
Decir mi nombre
Conserve el sonido
Estoy perdido
Estoy perdido
En un arcoíris
Ahora nuestro arcoíris se ha ido"- In this shirt, The irrepressibles.
Cuando la princesa Aemma y sus hermanos se presentaron frente a la triarquia para terminar una guerra que ellos no habían comenzado fue un honor para su madre, sus pequeños hijos se presentaron en el consejo donde se ofrecieron a quemar todo para acabar con aquella guerra sin sentido que daba tantas perdidas.
Y los tres a bordo de sus dragones, quemaron con sangre y fuego haciendo honor a su apellido.
Y cuando llego una carta de que habían ganado, fueron llamados héroes y fueron recibidos como tales.
Una muy embarazada Aemma de seis meses había volado al lado de Aemond y Aegon para terminar con aquella maldita pelea que le daba tanto problema en el mar estrecho.
Se habían ido hace casi tres meses y sus hijos resintieron la perdida de su madre, debido a lo apegado que eran a esta. En cuanto vieron a la princesa entrar a la fortaleza, corrieron y tras ellos sus capas doradas lo seguían como los pequeños energéticos que eran.
Aemma sonrie al ver a los trillizos corrieron a los brazos de su madre sin que la reina pudiera evitarlo ya que eran mucho más rápido que hasta ella, agradecía que sus hijos vinieran en una pieza y los recibía con los honores propio de unos guerreros. Los mira desde su balcón llena de orgullo pensando que quizás tantas lagrimas derramadas valían la pena.
- ¡Mami! - grita más fuerte Maegor el mayor de los trillizos de ya cuatro años que era aplastado por sus hermanos- diles que me aplastan.
