CAPÍTULO 4

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SKYLAR FORESTER

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SKYLAR FORESTER

El calvo era fuerte y los movimientos de sus brazos estaban cargados de potencia, pero su gran peso le quitaba agilidad; el militar lo notó y lo aprovechó a su ventaja, dos golpes al brazo y la navaja había resbalado de la mano del mastodonte, una patada contra la herida en su pierna y el calvo terminó en el suelo, una patada más directo en la frente y la nunca del calvo chocó contra la barra de metal tras él, generando un sonido que hizo que Sky apretara los dientes.

El agresor estaba inconsciente y el militar a salvo.

-¿Lo... mataste? -preguntó Sky viendo el cuerpo inconsciente en el suelo.

-No -jadeó sin perderlo de vista-. Sólo noqueé.

El militar extendió su mano hacia ella.

-Busca en la bolsa izquierda de mi mochila, encontrarás unas esposas, por favor pásamelas.

Sky asintió y en brevedad cumplió la orden. El militar se apresuró a esposar al calvo a la barra de metal, mientras, Sky levantó la navaja ensangrentada del suelo, y la sujetó con fuerza preparada en caso de que el agresor despertara de nuevo y atacara al militar.

Las esposas hicieron clic y las manos del calvo terminaron esposadas tras él. Sky suspiró aliviada y bajó la navaja.

-Pásame el kit de primeros auxilios -el militar pidió aplicando presión sobre la herida en la pierna del inconsciente.

Sky lo hizo y lo observó rellenar la cortada con apósitos y aplicar un vendaje que paró el sangrado.

Ambos regresaron a sus asientos y se dejaron caer sobre ellos soltando un suspiro.

-Eso estuvo cerca -la chica comentó.

-Muy cerca -sus ojos verdes recorrieron su cuello-. ¿Estás bien? ¿Te hirió?

Sky sacudió la cabeza.

-Estoy bien -le regresó la navaja cerrada-. Gracias.

El militar lo tomó de regreso y lo guardó en su bolsillo trasero junto con su otra navaja.

-Estás particularmente calmada para haber pasado un momento de crisis.

No lo estaba, pero con el paso del tiempo había aprendido a internalizar el estrés y el horror de los peores momentos de modo que podía mantener la compostura frente a otros y después perderla cuando estuviera totalmente a solas.

-Tengo experiencia en crisis -dijo mirando al sujeto esposado-. ¿Qué haremos con él?

-Lo reportaremos a la policía -respondió-. No dudo que tenga un historial criminal. Tan pronto lleguemos a la estación, haré que el servicio contacte a las autoridades.

Autoridades...

Su espalda se erizó. No podía llamar la atención, si la policía se envolvía, se armaría un gran escándalo por toda la ciudad. No había autoridad en la ciudad que no conociera su rostro, la reconocerían en seguida. No le importaba la imagen, le importaba la consecuencia que podría venir para ella de suscitarse un escándalo.

MI SEXY GUARDAESPALDAS (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora