Un guardaespaldas experimentado, una chica en peligro y un crimen mortal.
Una cadena de asesinatos arrasó con el gremio compuesto por las cuatro familias más acaudaladas en Nueva York. Al final de la cadena de muertes se encontraba Skylar Forester...
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VICTOR FARADAY
Mientras Victor esperaba en la fila frente al mostrador, respiró el olor a libros que cubría a la librería de esquina a esquina; le relajaba ese aroma, sus mejores recuerdos involucraban un libro en sus manos. La simple sensación de tener uno en entre sus dedos evocaba una sensación de nostalgia que Victor saboreaba gratamente.
Después de ser atendido, Victor metió el libro en su bolsa reciclable y le dio las gracias a la cajera. En su camino hacia la salida se detuvo delante de las repisas junto a la ventana. Quizás también le vendría bien comprar algún thriller policiaco, los disfrutaba, le gustaba leer cualquier novela que mantuviera las tuercas en su cerebro girando.
Mientras paseaba los dedos por los lomos de los libros, algo captó su atención a través del cristal. Del otro lado de la calle, encontró a Skylar, quien cargaba en sus brazos una bolsa de papel con frutas. Victor sonrió, al parecer la chica había seguido su consejo de alimentarse mejor para tener un mejor desempeño en la cancha. Le agradaba que hiciera un esfuerzo por alimentarse, durante las últimas dos semanas, Victor le había estado llevando el desayuno al auto todas las mañanas. La chica incluso le había llevado el desayuno en una ocasión.
—Un sándwich de albóndigas —Sky explicó mientras él miraba la pieza de pan carbonizado en sus manos—. Lo hice extra crujiente.
Victor buscó la presencia de algún agente de seguridad acompañándola, su servicio era de lunes a sábado, por lo que supuso que el padre de la chica había contratado a algún escolta de menor calibre para protegerla durante el día restante, no era raro que algunos clientes hicieran eso. Sin embargo, Sky estaba por su cuenta, a plena vista y sin ningún tipo de supervisión.
Por lo que vio en las últimas semanas, Ashton Forester no parecía interesado en contratar un escolta para mantener un ojo en ella. Era inaudito que su padre la dejara sin protección los domingos, ¿Acaso creía que los sicarios descansaban los fines de semana?
Su desagrado por Ashton era creciente, aquél hombre no sólo tenía una reputación terrible como persona, también desempeñaba un papel terrible como padre. En sus últimas semanas al servicio de los Forester, Ashton no había visto ninguno de los reportes diarios que Victor le enviaba, era como si no le importara el estado de su hija. Después de lo ocurrido con Stella, Victor asumió que el político estaría interesado por el bienestar de su hija restante, al parecer asumió mal.
Victor siguió a Sky con la mirada hasta verla doblar en una esquina, atravesando el callejón entre dos edificios.
También vio a alguien siguiéndole el paso, logró identificarlo como el chico altanero que le habló en el pasillo días atrás. El joven siguió su camino hasta dar vuelta en el mismo callejón que ella. Un callejón demasiado oscuro y desolado para su gusto. La sonrisa que vio dibujarse en el rostro del mocoso al ver a Skylar no le gustó ni un poco, tal vez era paranoia, pero más seguido que nunca, el instinto de Victor ante el peligro solía ser correcto, obedecerlo le salvó la vida a su pelotón en varias ocasiones. "Mejor prevenir que lamentar", ese había sido su lema ante cualquier situación.
